Toda la música es terapia. Cuando escuchas una canción que te gusta, de cualquier género o artista, se relajan todas las membranas corporales, en caso contrario, si percibes una melodía que no es de tu agrado te puedes alterar y esto se debe a las frecuencias que se generan con la armonía de la canción, señala Pablo Almaguer Terejo, licenciado en música.
La musicoterapia se encarga de la regulación del estado de ánimo, a través de sonidos, pedazos musicales y estructuras rítmicas se intenta llegar al cerebro con estímulos que produzcan relajación. Se recurre a las melodías como un método para curar o reducir diversos problemas de salud.
Tiene su origen en tiempos remotos cuando los médicos chamanes comenzaron a utilizar cánticos, susurros y estructuras rítmicas para inducir estados de conciencia colectiva con fines medicinales y religiosos. Se ha evidenciado el uso de la música en la mayoría de los rituales de las grandes culturas de la antigüedad.
Está basada en la idea de reconocer que la mayoría de las enfermedades tiene origen en nuestro cerebro. Empíricamente, se ha evidenciado que la música y sus componentes producen patrones de actividad eléctrica cerebral, lo que se traduce en un mejor funcionamiento del cerebro, no sólo como guía de los procesos cognitivos, sino como regulador de las funciones inconscientes del organismo.
Contribuye al equilibrio entre lo físico y lo psicológico, y aunque aún falta investigar más en el tema, se aplica principalmente para contrarrestar problemas nerviosos, del corazón, de los pulmones, alcoholismo, drogadicción e incluso el suicidio. La música bien empleada, tiene la virtud de facilitar el contacto con bloqueos emocionales y provocar la resolución del conflicto específico.
La interacción entre el paciente con otras personas, la autoestima y el ritmo -como fuente de energía-, son los aspectos en que se basa la musicoterapia que busca provocar en el individuo sentimientos de realización, confianza y satisfacción.
Existen varios tipos de musicoterapia, la ambiental por ejemplo, que se encarga de crear espacios acogedores y tranquilizantes, es empleada principalmente en hospitales, plazas comerciales y espacios concurridos. La terapia de entonación melódica fue desarrollada en un hospital en Boston con el fin de ayudar a recuperar el habla a personas que por causas patológicas la habían perdido, también ayuda a la estimulación psicomotriz por lo que se emplea en programas educativos para facilitar el aprendizaje y la coordinación. Otra emplea frecuencias y tonos particulares que supone estimula zonas del cuerpo o del campo energético de la persona, para así lograr equilibrar funciones orgánicas o psicológicas específicas.
Se ha comprobado que la musicoterapia tiene resultados positivos en el tratamiento de estrés y ansiedad, ayuda a mejorar la concentración e incrementa la creatividad. Restablece el equilibrio del sistema endócrino, estimula la actividad de las ondas alfa y aumenta la energía a través de la estimulación del líquido cefalorraquídeo, terapia coadyuvante para el fortalecimiento de pacientes con diversas enfermedades desde cáncer, VIH, diabetes, entre otras.