De acuerdo con la Secretaría de Salud, más del 80% de los mexicanos [1] se administra algún tipo de fármaco para tratar padecimientos comunes, que no son considerados graves, entre ellos: dolor de cabeza, molestias gástricas, gripe y tos; siendo los analgésicos, antigripales, vitaminas y antialérgicos los principales medicamentos que se consumen.
Sin embargo, los expertos coinciden en que, si esta práctica se vuelve constante, los pacientes corren el riesgo de ocultar síntomas de enfermedades más graves. Por ejemplo, un simple dolor de cabeza puede ser consecuencia de estrés, sinusitis o incluso podría estar relacionado a un problema de hipertensión. De igual manera, la tos puede ser un síntoma de un resfriado común, rinitis alérgica, bronquitis, neumonía o incluso cáncer de pulmón.En este último caso, más del 65% de pacientes son diagnosticados en etapas
avanzadas [2], debido a que muchos de ellos no presentan síntomas en las primeras etapas y, quienes los manifiestan, suelen confundirlos con otras enfermedades respiratorias, ocasionando que el diagnóstico se retrase y que la enfermedad avance a etapas más difíciles de controlar.
Al respecto, el Dr. Uriel Rumbo, Médico Neumólogo del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), explica que “el cáncer pulmonar puede presentar cualquier síntoma relacionado a una enfermedad respiratoria, por lo que se puede confundir con gripe, asma, neumonía e incluso con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC)”. Algunos de estos síntomas pueden ser “tos constante con o sin flema que dura más de 3 semanas, pérdida de peso involuntaria, dificultad para respirar, dolor de tórax o espalda”, especifica el Dr. Rumbo.
Aunado a esto, se piensa que el cáncer de pulmón sólo afecta a personas fumadoras, propiciando que muchas personas se sientan ajenas a este padecimiento y no acudan al especialista cuando presentan alguno de los síntomas antes mencionados. Sin embargo, el Dr. Uriel comenta que “se ha observado que los casos por cáncer de pulmón en no fumadores también han incrementado, principalmente en jóvenes o personas que han convivido con fumadores; además de la contaminación, exposición al radón (se encuentra en algunos suelos) y/o asbesto (frecuentemente usado para la elaboración de techos de casas, construcciones y cables de luz)”.
“También las mujeres que viven en zonas rurales y que tienen contacto con humo de leña se han visto afectadas, ya que la combustión de este material tiene muchos agentes nocivos como los hidrocarburos aromáticos que se vuelven nocivos, principalmente, en lugares cerrados”, agregó el Dr. Uriel.
Es importante aclarar que no todas las personas que viven en una ciudad desarrollan cáncer de pulmón, “los agentes nocivos se van sumando, por ejemplo, si alguien fuma y además de esto tienen un familiar de primer grado, como padres o hermanos, con antecedes de cáncer de pulmón, su riesgo es mucho más alto en comparación con el resto de la población. A esto se le conoce como susceptibilidad o predisposición genética” explica el neumólogo Uriel Rumbo.
De hecho, la Sociedad Europea de Oncología Médica explica que algunas personas pueden ser más propensas a desarrollar cáncer de pulmón en función de su estructura genética, principalmente cuando se tienen familiares que han padecido cáncer de pulmón [3]. Esta podría ser una de las razones por las que muchos fumadores nunca desarrollan cáncer pulmonar y un porcentaje de personas que nunca ha fumado, sí lo hacen.
Cabe mencionar que el cáncer es la principal causa de muerte a nivel mundial, siendo pulmonar el de mayor mortandad [4]. Además, se cree que el 80% de las muertes por cáncer de pulmón se debe al hábito de fumar [5]. Por tal razón, es importante acudir con un doctor especialista si presentas una tos contante que no se quita, ya que es el principal foco de alarma para buscar atención inmediata[.]
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