La obesidad en México se ha convertido, en los últimos años, en una epidemia que afecta al 70% de la población adulta, y muchos de ellos buscan combatirla mediante un sinfín de métodos que, en ocasiones, pueden resultar riesgosos para la vida, aunado a que al no ver el resultado deseado la persona se frustra y abandona el proceso de la pérdida de peso, afirmó el Dr. Carlos Beltrán Gastélum, cirujano bariatra.
El también integrante del Colegio Mexicano de Cirugía de la Obesidad y Enfermedades Metabólicas A.C., aseguró que “además de los métodos tradicionales como la dieta y el ejercicio, existen opciones no quirúrgicas como el Balón Intragástrico, el cual resulta un procedimiento seguro y efectivo para las personas que ya lo han intentado todo y no han logrado perder los kilos de más, así como para gente con obesidad mórbida que ingresará a quirófano y para la cual se busca reducir peso para aminorar los riesgos.”
Un estudio internacional realizado por la Fundación IDIS de Italia demostró que de 1,394 personas a las que les fue introducido el balón, en 44.3% de ellas, enfermedades relacionadas con el síndrome metabólico, tales como diabetes, hipertensión, deficiencias respiratorias, dislipidemia, entre otras, desaparecieron o se aminoraron.
Por su parte el Dr. Jesús Montoya Ramírez, médico cirujano bariatra del Centro Médico Nacional “20 de Noviembre” del ISSSTE, afirmó que “previo a que un paciente se someta a cualquier tipo de procedimiento ya sea quirúrgico o no quirúrgico, debe ser valorado por un equipo multidisciplinario de especialistas, tales como el cirujano, internista, cardiólogo, endocrinólogo, psicólogo y nutriólogo, a fin de que estos valoren si la persona podrá o no ser apta para el procedimiento y concluirlo con éxito.”
Agregó que “el problema de la obesidad y el sobrepeso debe ser tratado como un ‘traje a la medida’ de cada paciente, ya que cada metabolismo es diferente por lo que se debe estudiar cada caso y darle a cada uno la opción idónea que le ayude a perder peso de manera segura y eficaz.”
De acuerdo con los especialistas, el Balón Intragástrico es un método no quirúrgico que se introduce por medio de sedación vía endoscópica sin necesidad de cortes en el estómago, retirándose a los 6 meses después de su introducción por la misma vía, de manera segura y eficaz. Su función es ocupar un espacio en la bolsa estomacal, a fin de que la persona sienta saciedad al momento de ingerir alimentos, lo cual facilita la pérdida de peso, debido a una menor ingesta de comida.
Aunado a todo lo anterior, es importante recordar que siempre se debe consultar a médicos certificados, que trabajen con productos debidamente aprobados por la Secretaría de Salud, y que brinden la seguridad de que estarán con el paciente en todo el proceso, ya que sólo de esta manera no se pone en riesgo la salud y la persona podrá lograr el éxito deseado.
Nutrición y Terapia psicológica, piezas fundamentales
Por su parte, la Dra. Sandra Rizo, Médico con especialidad en Nutrición y miembro de la Asociación Mexicana de Alimentación Enteral y Parenteral, afirmó que “el primer paso que debe de dar una persona que desea perder peso mediante un proceso como el del Balón Intragástrico es cambiar sus hábitos y estar convencido de querer apegarse a un programa de nutrición en donde le enseñaremos a comer y a ver a los alimentos como sus amigos y no como sus enemigos.”
Agregó que “debemos también enseñarle a combinar sus alimentos, siempre teniendo en cuenta sus necesidades nutricionales y el objetivo a lograr, para que el éxito sea a largo plazo y la persona se sienta animada cada vez que se sube a la báscula.”
A la par, Yunuhén Juárez, Psicóloga especialista en pacientes bariátricos, dijo que “los pacientes con obesidad y sobrepeso deben cambiar la percepción que tienen de ellos mismos, así como aceptar que el dejar atrás a esa persona obesa que ven en el espejo es un camino que se debe trabajar y no crear falsas expectativas, ya que el hecho de que las personas creen metas rápidas, a veces incumplibles, los puede llevar a un estado de ánimo bajo, presencia de estrés, tristeza, apatía, etc., lo que será un verdadero problema para el paciente mismo y las personas que le ayudan en el proceso para perder peso.”
Es por ello “la importancia de estar al lado del paciente en todo momento, brindándole el apoyo que necesita y haciéndole sentir que no está sólo y que con constancia y esfuerzo recuperará a su yo perdido,” concluyó la especialista.