Mitos alrededor de los trasplantes de órganos

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Pacientes trasplantados

Sobre los trasplantes de órganos cunden muchos mitos, desde el hecho de la donación que se cruza con costumbres y tradiciones sobre la muerte y el funeral, pero también con el miedo de que en una noche de farra nos quiten el riñón y seamos víctimas de amanecer en una tina, con un recado pintado en la pared que nos advierte del hecho.

¿Qué es verdad y qué falso?

Gerardo Mendoza Valle, director de la Fundación Nacional de Trasplantes (Funat), platica a las lectoras de Plenilunia sobre el particular:

Un mito reside en cómo voy a entregar a mi paciente donador. Cómo donar los órganos de mi mamá que se acaba de morir, ¿cómo la voy a entregar y en cuanto tiempo, si yo la quiero velar normal?

Con qué certeza lo hago si es un ser querido que se nos fue. Un proceso normal para retirar los órganos no debe tardar mas allá de siete horas. Y por supuesto el cuerpo se entrega en perfecto estado. Hagan de cuenta que el cuerpo recibió una operación quirúrgica grande.

Se entrega cerrado, cocido, como debe de ser, y puede sonar algo brusco lo que voy a decir, pero ninguno de nosotros velamos a nuestros seres queridos desnudos. Los vamos a velar bien vestidos ¿verdad?.

Las corneas son una telita muy delgadita, entonces aunque quitemos una cornea el ojo no sufre nada, el volumen queda igual y pues nadie entierra a los seres queridos con los ojos abiertos. Los cerramos, entonces nadie se va a dar cuenta de que hubo una donación multiorgánica.

En cuanto al tráfico de órganos, la respuesta es que no existe. Las razones son varias, pero la más importante sería que se necesita un equipo muy grande: médicos, un hospital y equipo muy especializado, de manera que no sería fácil esconder algo así.

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Como no existen los bancos de órganos, ningún órgano puede vivir más allá de seis o siete horas después de haberse tomado de un cuerpo con vida.

Un riñón después de que se toma se debe de conservar en un refrigerador con condiciones especiales, el corazón se tiene que trasplantar de manera inmediata, el hígado casi tres horas o cuatro después, y el riñón es un poquito más pero no rebasa de mediodía.

De manera que esta idea de que si yo le quito alguien algo y lo voy a tener ahí por si mañana me sale un cliente, eso no es posible.

Tejido sí, una córnea se puede conservar hasta unos 10 ó 12 días en buen estado, y en huesos se puede conservar más tiempo, pero en órganos no existe un banco, un almacén, un refrigerador, donde se puedan mantener.

Además, los líquidos de preservación son muy caros y las empresas, una o dos que lo fabrican, pues tienen perfectamente controlado a quién se le distribuye.

El punto más importante en esto son los pacientes. Yo también soy paciente trasplantado, llevo tres trasplantes de riñón y uno de córnea, desde hace 32 años, nunca he tenido un donador, los tres trasplantes han sido de donador cadavérico, siempre he tenido que esperar para un trasplante.

Para el último trasplante hace dos años, tuve que esperar ocho años. Jamás me arriesgaría a recibir un órgano de dudosa procedencia, si lo que quiero es vivir, no me voy arriesgar a que alguien de dudosa calidad moral me ponga un órgano que a lo mejor tiene Sida, hepatitis C, tuberculosis, o simplemente que ni siquiera es compatible conmigo, me lo pongo hoy y mañana lo rechazo, no señores yo no me voy arriesgar.

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