Para un grupo cada vez más significativo de mujeres la maternidad pasó a un segundo plano, una condición que se pospuso o se canceló definitivamente en aras del estudio, el éxito, el desarrollo y la superación personal en la vida laboral, académica o científica.
“Este grupo de mujeres se quitó el yugo histórico que tuvo durante milenios, social, cultural e incluso religioso y se dio cuenta que en la vida no todo es la maternidad”, afirma la Dra. Jael Alatriste, presidenta electa del Instituto de Investigación en Psicología Clínica y social (IIPCS).
“Al estar a la par del hombre – añade –, se redefinió el paradigma que teníamos de la mujer – madre. Ahora puede ser todo menos eso porque no les importa en lo más mínimo procrear”.
Conforme a datos del Consejo Nacional de Población (Conapo), en el país la maternidad empezó a postergarse a partir de la década de los años 30 del siglo pasado, sobre todo entre las clases medias de los conglomerados urbanos, como el DF. Monterrey y Guadalajara, con una tasa de natalidad baja de 1.68 hijos por mujer, cuando la media es de 2.13.
Aunque no se cuenta con datos exactos, se establece que hay un incremento considerable de mexicanas que optan por postergar o cancelar su maternidad, sobre todo entre aquellas que son profesionistas o que tienen altos puestos directivos, académicos, gerenciales o artísticos.
“Ahora la mujer estudia o trabaja desde joven, tiene éxitos laborales y es altamente competitiva. Puede contar con diversas parejas a lo largo de su vida y en lo personal se siente plena, tan satisfecha que percibe a la maternidad como algo lejano y fuera de su contexto”, añade la especialista.
Fobia a la maternidad
También se han detectado mujeres “que literalmente sienten fobia por la maternidad”, dice, “y esto se fundamenta de diversas formas. Una porque vivieron episodios tristes en su infancia, donde todavía está latente el paradigma de la madre ‘santa y abnegada’ que sufrió constantes vejaciones y agresiones.
“Por esa razón no pueden concebir a la maternidad como una posibilidad e inclusive la vida en pareja les parece prescindible”.
Las características de las mujeres que no quieren ser madres, son las siguientes:
–Son mujeres exitosas o en vías de serlo que no tienen tiempo ni deseo de ser madres.
–Contaron con una infancia complicada y vivieron una mala relación entre sus padres, por lo que son incapaces de establecer una relación de pareja perdurable.
–No tuvieron oportunidad de identificarse positivamente con su propia madre y está bloqueado el instinto materno, desde el punto de vista psicológico.