En el informe “La salud de los adolescentes y jóvenes en la Región de las Américas: la aplicación de la estrategia y el plan de acción regionales sobre la salud de los adolescentes y jóvenes (2010-2018)” [1], se destaca la necesidad de una acción rápida y específica para actualizar y adaptar las respuestas regionales y nacionales que aceleren el progreso para mejorar la salud y el bienestar de la población joven en la Región de las Américas.
Los adolescentes y jóvenes de toda la Región de las Américas se ven desproporcionadamente afectados por multitud de problemas de salud, entre los que se destacan la violencia, el suicidio, los traumatismos causados por el tránsito y el consumo de sustancias psicoactivas. A pesar de los mayores esfuerzos de los países para elaborar planes y políticas de salud dirigidos a los adolescentes y jóvenes, muchos todavía no se han traducido en medidas concretas.El informe final sobre la Estrategia y plan de acción sobre la salud de los adolescentes y los jóvenes, presentado al 57.o Consejo Directivo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), indica que, si bien los países y los territorios de la Región han elaborado políticas para dirigirse estos grupos, su repercusión ha sido limitada en los resultados sobre la salud de la población joven.
Las tasas de mortalidad de la población joven han aumentado desde que los países adoptaron la estrategia y plan de acción. Aproximadamente la mitad de estas muertes se debe a los homicidios, los suicidios y los traumatismos causados por el tránsito, si bien los resultados varían en función de la etnicidad; el nivel de ingresos; el nivel educativo y el lugar de residencia.
Aunque se han logrado algunos avances con respecto a la disminución de los embarazos precoces y no deseados en mujeres menores de 15 años, este tema sigue siendo motivo de preocupación en la Región. América Latina y el Caribe es la única región del mundo con una tendencia ascendente en cuanto a los embarazos muy precoces, donde cerca de un 2% de las mujeres en edad reproductiva tuvieron su primer parto antes de los 15 años.
La nutrición es también un problema para la población joven en la Región. Ha aumentado la proporción de adolescentes con sobrepeso y obesidad, las y los adolescentes entre los 13 y 15 años indican que tienen un consumo frecuente de bebidas gaseosas y comida rápida, y que realizan poca actividad física en forma regular.
Con el fin de combatir estos problemas, se ha brindado cooperación técnica a los Estados Miembros para crear y poner en marcha servicios de salud adolescente y 93% de los países y territorios han elaborado o actualizado sus políticas sobre la población joven, incluidas las políticas nacionales de salud de los adolescentes, los planes de prevención del embarazo en adolescentes y los planes nacionales de salud con metas específicas para la población joven.
Sin embargo, en el informe se destaca que, a pesar del amplio compromiso político de mejorar la salud de las, los adolescentes, las y los jóvenes, la asignación insuficiente de recursos humanos y económicos ha limitado la ejecución de las políticas, las estrategias y los planes de acción ya existentes, y muchos adolescentes y jóvenes siguen quedando atrás.
Asimismo, el informe pone de manifiesto que las iniciativas de salud de los adolescentes y jóvenes todavía están fragmentadas y deberían centrarse en las intervenciones integrales y multisectoriales que aborden múltiples resultados, factores de riesgo y determinantes.
Datos destacados del informe
- La mortalidad total para la población joven ha aumentado de 90.3 por 100 mil habitantes en el año 2008 a 92.1 en el año 2015.
- La mortalidad por traumatismos causados por el tránsito en los adolescentes entre los 10 y los 19 años ha disminuido de 10.8 a 9.8 por 100 mil habitantes.
- La tasa de suicidio en varones de entre 10 y 24 años ha aumentado de 5.9 a 6.2 por 100 mil habitantes.
- La tasa de homicidio en varones de entre 15 y 24 años ha aumentado de 70.5 a 75.5 por 100 mil habitantes.
- El porcentaje de nacimientos en las adolescentes entre 15 y 19 años ha disminuido de 17.2% a 15.7% en América Latina y el Caribe.
En el informe se recomienda a los países que redoblen sus esfuerzos para acelerar el progreso mediante la ejecución a gran escala de intervenciones de bajo costo y basadas en la evidencia en las familias y las comunidades con el objetivo de mejorar la salud física y mental, así como la salud sexual y reproductiva, de los adolescentes. Además, en el informe se aboga por una mayor participación de los adolescentes en los procesos de formulación de políticas, así como el seguimiento y análisis sistemático de las inequidades en materia de salud que afectan a este grupo[.]