La prevalencia mundial de la infección por virus de la hepatitis C es de 3% con 170 millones de personas infectadas a nivel mundial. Los países más afectados se encuentran en África y Asia, siendo Egipto el país con mayor prevalencia, 13% de su población es portadora del virus.
La Organización Panamericana de la Salud afirma que esta enfermedad afecta entre 7 y 9 millones de adultos en países de América Latina y entre 300 y 500 mil personas mueren anualmente por enfermedades hepáticas como cirrosis o cáncer de hígado [1]. La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que en el mundo el 85% de las personas que padecen la infección inicial, desarrollan hepatitis crónica y el 70% de éstos puede sufrir un daño hepático a lo largo de décadas; entre el 5% y el 20% desarrolla cirrosis; y un 5% muere por cáncer de hígado [2].El Dr. Juan Díaz Salazar, Director Médico de Bristol Myers-Squibb México explicó “La hepatitis C afecta a casi 1.5% de la población mexicana[5], es decir, a casi 1, 785,000 personas. Este virus se transmite a través del contacto directo con sangre infectada. Existen grupos de riesgo con mayor posibilidad de contagio:
- consumidores de drogas ilegales que comparten jeringas no esterilizadas,
- personas que fueron sometidas a una transfusión antes de julio de 1992,
- dializados,
- personas que trabajan en contacto con sangre infectada y quienes se exponen a tatuajes,
- perforaciones y tratamientos de acupuntura en condiciones no esterilizadas”.
La Hepatitis C es una enfermedad producida por el virus del mismo nombre (VHC), que afecta principalmente el hígado. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que en el mundo hay 150 millones de personas con esta infección crónica y que más de 350 mil pacientes mueren al año a causa de complicaciones causadas por la hepatitis C [1]. Muchas personas pueden vivir décadas sin saber que están enfermas y un gran porcentaje ignora cómo y cuándo se contagió.
Síntomas y diagnóstico [3]
Entre el 70 y el 80 % de las personas infectadas con hepatitis C no presentan ningún síntoma, sin embargo en una etapa avanzada de la enfermedad se manifiestan algunas señales como:
- Fatiga
- Náuseas
- Pérdida del apetito
- Cefalea
- Dolor abdominal
- Fiebre
- Ictericia (coloración amarilla de la piel y de los ojos)
- Ascitis ( hinchazón estomacal por retención de líquidos)
- Vómito de sangre ( puede señalar la ruptura de varices en el esófago)
- Encefalopatía (cambios mentales por alta concentración de amonio en el organismo)
Transmisión y población en riesgo [4]
Este virus se puede contraer a través del contacto con la sangre de una persona infectada, por lo que las personas que pueden estar en riesgo de contraer esta enfermedad son:
- Pacientes que hayan recibido trasfusiones de sangre antes de 1992, ya que antes de este año la sangre no era objeto de pruebas para la hepatitis C, por lo que quizá haya estado expuesto al virus.
- Pacientes que hayan tenido contacto con objetos contaminados como jeringas, agujas u otros instrumentos.
- Personas con tatuajes o perforaciones sin técnicas de esterilización adecuadas o reutilización de elementos.
- Quienes han compartido jeringas, agujas o instrumentos para la inyección de drogas.
- Relaciones sexuales sin protección con personas contagiadas
- Hijos de madres contagiadas que durante el nacimiento hubieran podido contraer el virus.
Prevención
Aunque no hay vacunas que prevengan esta infección, se puede reducir el riesgo a exposición al virus y en los grupos de población de alto riego. La Organización Mundial de la Salud recomienda [1]:
- Higiene de las manos: preparación para cirugías, el lavado y uso de guantes.
- Manipulación y eliminación segura de objetos afilados.
- Análisis de la sangre para donar.
- Capacitación del personal sanitario.
Tratamientos
“México cuenta con terapias disponibles para el tratamiento de la hepatitis C que alcanzan hasta una tasa de curación del 60% con algunos efectos colaterales y con una duración de 6 meses a 1 año de tratamiento. Actualmente, Bristol-Myers Squibb está desarrollando nuevas moléculas que podrían representar una mejoría significativa para los pacientes con hepatitis C y ofrecer un porcentaje mayor de cura en tiempos significativamente menores. El objetivo principal de estos medicamentos es contrarrestar el virus evitando complicaciones como cirrosis, cáncer hepático y la muerte, al igual que mejoran la calidad de vida de los pacientes afectados. Estas moléculas en investigación han estado disponibles para los pacientes a través de programas de uso compasivo en el mundo, incluyendo pacientes en México”, sostiene el Dr. Juan Díaz Salazar, Director Médico de Bristol Myers-Squibb.
“El objetivo de Bristol-Myers Squibb es contribuir a encontrar la cura para la hepatitis C y que los pacientes tengan cada vez mejor calidad de vida”, concluye el Dr. Juan Díaz Salazar.
Referencias
- Organización Panamericana de la Salud. El cáncer en la región de las américas. Consultado el 15 de julio de 2015 en: http://www.paho.org/hq/index.php?option=com_docman&task=doc_download&gid=16805&itemid
- Organización Mundial de la Salud OMS. Hepatitis C. Nota descriptiva N° 164 Julio de 2013. Consultado el 01 de julio de 2014 en: http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs164/es/
- Biblioteca Nacional de medicina de EE.UU. Institutos Nacionales de la Salud NIH. Consultado el 01 de julio de 2014 en: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/000284.htm
- Asociación catalana de enfermos de Hepatitis. Trasmisión de la Hepatitis C. Consultado el 10 de julio de 2015 en: http://asscat-hepatitis.org/hepatitis-c/transmision-hepatitis-c/
- Conapo 2014 reporta población total de 119,713,203 mexicanos