El Dr. David Knopman, experto en Neurología de Mayo Clinic nos comparte algunas recomendaciones sobre actividades para reducir el riesgo de desarrollar demencia.
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Realiza actividades que estimulen tu mente y mantengan sano tu cuerpo.
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La interacción social es un área en la que cualquiera puede hacer cambios. La interacción regular con otros, sean familiares, amigos, vecinos, compañeros de trabajo o miembros de la comunidad, pueden levantar el ánimo, mejorar la apariencia y atraer al cerebro, explica el Dr. David Knopman, experto en Neurología de Mayo Clinic
Por ejemplo, los estudios revelan que mientras más años de educación tiene una persona, menor es su riesgo de demencia. Parece que eso se debe a que quienes durante su vida invierten tiempo en aprender tienden a desarrollar redes neuronales y conexiones más fuertes entre las células nerviosas del cerebro. Esas redes están mejor equipadas para afrontar el daño celular que puede ocurrir a consecuencia de trastornos cerebrales capaces de derivar en demencia.
Por lo tanto, además de participar en actividades mentalmente atractivas, se deben evitar las afecciones que aumentan los ataques cardíacos y los accidentes cerebrovasculares también disminuye el riesgo de demencia. “Se ha demostrado que mantener el colesterol y la presión arterial en niveles sanos, evitar la diabetes, no fumar, mantener un peso sano y hacer ejercicio regularmente mejoran la salud cognitiva más adelante en la vida”, afirmó el experto. Además insistió en que lo mejor es incorporar todo esto como parte de un estilo de vida sano durante la juventud y mantenerlo así a medida que se envejece, puesto que cada uno de ellos repercute sobre la salud de los vasos sanguíneos del cerebro.
Cuando los vasos sanguíneos cerebrales permanecen en buena condición durante las primeras décadas de la adultez y en la mediana edad, es más probable que puedan mantenerse sanos a medida que se avanza en edad. En cambio, cuando la salud de esos vasos sanguíneos se deteriora a una edad menor, es difícil reparar el daño más adelante, y los daños de los vasos sanguíneos cerebrales pueden ser un factor para la demencia.
“Eso no significa que no valga la pena incorporar cambios sanos en el estilo de vida cuando uno es mayor, pues dichos cambios afectan positivamente sobre la salud cognitiva y física. No obstante, para obtener el máximo beneficio para el cerebro, lo mejor es implementarlos lo antes posible”.
La interacción social es un área en la que cualquiera puede hacer cambios, los cuales probablemente conllevan ventajas cognitivas. La interacción regular con otros, sean familiares, amigos, vecinos, compañeros de trabajo o miembros de la comunidad, pueden levantar el ánimo, mejorar la apariencia y atraer al cerebro. Todo eso repercute positivamente sobre las capacidades cognitivas, y se ha demostrado que la interacción social alivia los síntomas de la demencia.