Una vacuna, de manera simplificada, consiste en un preparado de antígenos que tienen como finalidad crear anticuerpos una vez que se han introducido en el organismo. Los anticuerpos son parte importante del sistema de defensa ante los microorganismos patógenos. La primera vacuna se introdujo en el siglo XVIII para proteger a las personas ante la viruela. A partir de entonces, la ciencia ha trabajado sobre otras importantes enfermedades como el sarampión y la poliomielitis.
En la actualidad, el esquema básico de vacunación para niños en México incluye inmunización contra formas graves de tuberculosis, tosferina, difteria, tétanos, poliomielitis, influenza, sarampión, rubeola, parotiditis, hepatitis B, rotavirus y el neumococo, éste último uno de los responsables de ocasionar neumonía, meningitis y otitis entre otras enfermedades.
Lo más recomendable es realizar la inmunización en los primeros meses de vida y a lo largo de su infancia, debido a que el organismo de los pequeños es más sensible a contraer enfermedades, ya que su sistema inmunológico aún no está completamente desarrollado para combatir las infecciones.
Consecuencias de la NO vacunación
La vacunación en niños ayuda a protegerlos de enfermedades que pueden tener complicaciones muy graves e incluso provocar la muerte. Vacunarlos en tiempo, de acuerdo a su edad, los preparará ante un eventual encuentro con el microorganismo, previniendo así, que desarrollen los padecimientos.
De acuerdo con el Dr. Gerardo Mercado, médico pediatra con diplomado en enfermedades infecciosas y vacunología, existen tres motivos principales por los cuales los padres de familia deben vacunar a sus hijos:
1. De no vacunarse están expuestos a las enfermedades y sus secuelas: en México, aún cohabitan con nosotros muchos de los virus y bacterias que producen enfermedades como el sarampión y la tuberculosis, que si bien ya no es tan común observar a niños víctimas de estos padecimientos, aún no están erradicadas al 100% del territorio nacional y por tanto, existe el riesgo de contagio en caso de no estar adecuadamente vacunado. Más comunes son otros agentes como el neumococo, bacteria responsable de gran parte de las neumonías en niños menores de dos años. En América Latina causa aproximadamente 17 mil muertes[1] y se estima que cada 20 segundos muere un niño en el mundo a causa de esta enfermedad infecciosa[2].
Al hablar del neumococo las secuelas pueden ser de gran consideración por lo que es importante proteger a los niños ya que incluso les puede provocar la muerte. Las enfermedades causadas por esta bacteria se dividen en enfermedades neumocócicas invasoras y no invasoras.
* Enfermedades neumocócicas invasoras. Por la presencia del neumococo en sangre, ocasiona enfermedades como: Meningitis, neumonía, presencia de bacterias en la sangre, entre otras.
* Enfermedades neumocócicas no invasoras. Aquellas en donde la bacteria no invade el torrente circulatorio. Ejemplo de ellas: Otitis media y neumonía no bacteriemica, entre otras.
• El niño se convierte en portador y puede transmitirlo a otros: Es posible que los niños sólo sean portadores del neumococo sin presentar la enfermedad y por tanto puedan transmitirlo a otros pequeños a través de gotas de saliva que expelen al toser o estornudar, provocando con esto una cadena de transmisión de bacterias.
De igual forma, los pequeños pueden llegar a contagiar a sus abuelos provocando en las personas de las tercera edad una neumonía que podría incluso ocasionarles la muerte, ya que es común que las personas mayores tengan su sistema inmunológico debilitado.
• El pequeño puede contagiarse de otras variedades de la misma bacteria: en el caso del neumococo, la bacteria Streptococcus pneumoniae ha desarrollado, a través de varios mecanismos, resistencia ante múltiples antibióticos, existiendo actualmente 91 variedades de esta bacteria, que se denominan serotipos y de los cuales algunos tienen capacidad de ocasionar enfermedades, como el 19A y 6A, de alta prevalencia en México por causar la Enfermedad Neumocóccica Invasora; al igual que el serotipo 3, involucrado en procesos de Otitis Media.