Una hormona que conecta el metabolismo del cuerpo y el sistema de respuesta inmune puede explicar por qué COVID-19 es tan peligroso para las personas con obesidad.
«El problema para las personas con obesidad es que sus niveles de leptina son siempre altos y eso puede afectar la respuesta a una infección por COVID-19«, dijo Candida Rebello, PhD, RD, autora principal de un nuevo artículo que rastrea el vínculo entre la obesidad y el virus.
La hormona leptina regula el apetito y el metabolismo. La leptina también regula las células que combaten las infecciones. La leptina es producida por las células grasas y, en menor medida, por los tejidos de los pulmones. Cuanto más grasa tiene una persona, más leptina circula en su cuerpo.
Los niveles elevados de leptina obstaculizan la capacidad del cuerpo para combatir infecciones, en los pulmones y en otros lugares, dijo el Dr. Rebello. Los altos niveles de leptina promueven un estado inflamatorio sistémico de bajo grado.
«Si tiene obesidad, hay una serie de problemas de salud subyacentes que le dificultan más combatir una infección por COVID-19«, explicó John Kirwan, PhD, Director Ejecutivo de Pennington Biomedical y coautor de la revisión. «Todo su cuerpo, incluidos sus pulmones, puede estar inflamado. Es probable que su respuesta inmune se vea comprometida y su capacidad pulmonar reducida«.
«Agregue un virus que debilite aún más la capacidad del cuerpo para combatir infecciones, que puede limitar la capacidad del cuerpo para controlar la inflamación pulmonar, y se tiene una receta para el desastre«.
Los desarrolladores de la vacuna COVID-19 deben tener en cuenta el estado inmunocomprometido resultante de la obesidad, de la misma manera que lo harían con la edad.
Los investigadores dicen que el papel de la leptina en el desarrollo de COVID-19 conlleva una investigación junto con las proteínas virales que alteran el sistema inmunológico de las personas con obesidad. Una posible vía de tratamiento puede ser un medicamento que previene respuestas inflamatorias al virus.
Otra posible vía de investigación incluye estudiar cómo el tejido graso proinflamatorio en personas con obesidad podría contribuir a una menor actividad de células que combaten las infecciones y por qué esas células mueren más rápidamente.
Este trabajo fue apoyado en parte por el número de subvención U54 GM104940 del Instituto Nacional de Ciencias Médicas Generales de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, que financia el Centro de Ciencias Clínicas y Traslacionales de Louisiana[.]