El 43% de los pacientes diabéticos no alcanzan las metas de control de glucosa por diversas razones, entre las que no se descarta que sea porque requiere de un medicamento mejor perfilado, aunque en México ese índice las más de las veces, se debe a que el paciente no hace ejercicio o no lleva una dieta adecuada.
Esto porque entre las cuestiones más difíciles de cambiar para el paciente destacan los hábitos y estilos de vida, más cuando se trata de un paciente que nunca antes hizo ejercicio o su paladar se ha limitado a unos pocos platillos en su menú cotidiano.
Sin embargo, estudios recientes revelan que no obstante que el paciente diabético sigue todas estas normas para controlar la glucosa en sangre, en ocasiones se debe a la pérdida de efectividad del tratamiento, debido a factores químicos en las células beta del páncreas, encargadas de producir insulina.
Esta circunstancia dio lugar a la creación de medicamentos conocidos como DPP-4 (inhibidores de la dipteptidilpeptidasa), que de forma “inteligente” regulan el mecanismo de acción que controla de manera fisiológica y constante, la capacidad del organismo para reducir los niveles de azúcar (glucosa) en sangre cuando esta se eleva.
Para realizar esta función, el medicamento regula a unas hormonas que intervienen en el proceso de producción de insulina, conocidas como incretinas, lo que permite incrementar su producción y reducir a la vez la producción de glucosa a través del hígado.
Son varios los laboratorios que han creado fármacos con este tipo de mecanismo, sin embargo, la alianza global de Bristol Myers Squibb y AstraZeneca, creada específicamente para el desarrollo de terapias para el control de la diabetes mellitus tipo 2 (DM2), ha rendido los primeros frutos en México.
Como resultado de una amplia investigación que incluyó a más de cuatro mil pacientes a nivel mundial, y que incluyó a 500 mexicanos, se anunció la aprobación para que la fórmula realizada en base a saxagliptina, sea utilizada en estos pacientes diabéticos que hayan perdido la efectividad en su tratamiento.
“En estos estudios se evaluó el uso de este tratamiento en pacientes que no habían recibido ninguna terapia previa, o agregado a otras terapias con metformina, sulfanilureas o TZD, cuando con éstas no se alcanzó el control terapéutico adecuado, con lo que donde se demostró la eficacia y seguridad del medicamento”, indicó el Dr. Sergio Elías, gerente médico de Bristol Myers Squibb.
Los resultados del estudio dieron lugar para su aprobación en la Unión Europea y México, en todos los pacientes con DM2 mayores de 18 años. “En México cerca del 14% de las personas mayores de 20 años padecen DM2, cifra que es muy alarmante ante el elevado índice de complicaciones y muertes que origina”, dijo a su vez el Dr. Sergio Islas, con doctorado en medicina interna y profesor de la Facultad de Medicina de la UNAM.
La diabetes es la principal causante de ceguera y de insuficiencia renal crónica, pero también se destaca por estar detrás de la mayoría de las enfermedades cardiovasculares.
Las estadísticas de los males que ocasiona la DM2 en el país son:
• 20 a 30% de retinopatía (daño en retina proclive a ceguera).
• 10 a 20% de daño vascular en riñón.
• 30 a 40 % de hipertensión arterial.
• 50 a 80% de dislipidemias (colesterol o lípidos elevados).
• 80 a 100% de disfunción cardiovascular.