Prevención del suicidio en México: sin políticas públicas ni programas sostenidos

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En el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que se conmemora el 10 de septiembre, la Red Mundial de Suicidiólogos-México se suma al lema global: «Cambiar la narrativa sobre el suicidio«. La organización alerta que, en el país, la prevención sigue atrapada en declaraciones simbólicas y carece de políticas públicas nacionales, permanentes y estructuradas.

“El silencio también mata. Pero cuando alguien escucha con empatía, puede salvar vidas. Este 10 de septiembre, iniciemos esa conversación”, declaró la Dra. Ángela Martínez González, presidenta de la Red.

En las últimas dos décadas, se han presentado 19 iniciativas de ley en el Congreso de la Unión para legislar sobre la prevención del suicidio. Sin embargo, ninguna ha sido aprobada.

La realidad del suicidio en México

Según datos del INEGI, la tasa de suicidio en México alcanzó los 6.6 por cada 100 mil habitantes en 2022, la más alta registrada hasta ahora. El aumento ha sido más marcado entre adolescentes y jóvenes, una población cada vez más vulnerable.

A pesar del crecimiento sostenido de este problema de salud pública, México no cuenta con financiamiento estable ni con una estrategia nacional de prevención del suicidio basada en evidencia científica.

En las últimas dos décadas, se han presentado 19 iniciativas de ley en el Congreso de la Unión para legislar sobre la prevención del suicidio. Sin embargo, ninguna ha sido aprobada, lo que evidencia falta de voluntad política y ausencia de coordinación interinstitucional.

Datos del INEGI refieren que la tasa de suicidio en México alcanzó los 6.6 por cada 100 mil habitantes en 2022, la más alta registrada hasta ahora. El aumento ha sido más marcado entre adolescentes y jóvenes, una población cada vez más vulnerable.

Acciones aisladas, sin continuidad ni presupuesto

Las intervenciones actuales suelen limitarse a campañas simbólicas cada 10 de septiembre y a la atención individual de personas en crisis. Estas acciones carecen de evaluación, presupuesto y planeación, lo que impide su efectividad y permanencia.

Además, predomina una visión clínica y biomédica del suicidio, dejando de lado las causas sociales y estructurales como la pobreza, el desempleo, la discriminación y la exclusión.

“El suicidio también es un problema de justicia social. Si no atacamos las raíces estructurales, no vamos a reducir su incidencia”, explicó la Dra. Martínez.

¿Qué son políticas sostenidas?

La Red Mundial de Suicidiólogos-México propone reemplazar las campañas temporales por políticas sostenidas, entendidas como estrategias duraderas, con financiamiento fijo y coordinación multisectorial. Estas políticas deben incluir:

  • Continuidad más allá de gobiernos o sexenios.
  • Presupuesto fijo para salud mental y prevención del suicidio.
  • Evaluación constante y ajustes según resultados.
  • Participación de sectores como salud, educación, cultura y medios de comunicación.

Un llamado urgente a la acción colectiva

Cada 10 de septiembre, México recuerda el problema del suicidio, pero la acción integral sigue pendiente. Mientras no se transforme la narrativa simbólica en políticas públicas reales, la prevención seguirá siendo una deuda urgente con las personas y las comunidades.

“No basta con hablar del tema una vez al año. La prevención del suicidio exige estructura, presupuesto, continuidad y una mirada humana e integral”, concluyó la presidenta de la Red.

El silencio también mata. Pero cuando alguien escucha con empatía, puede salvar vidas.

Sobre la Red Mundial de Suicidiólogos-México

La Red es una organización comprometida con la prevención del suicidio desde una perspectiva científica, comunitaria y con enfoque de derechos humanos. Promueve la formación de profesionales, la investigación, la visibilización del problema y la generación de políticas efectivas.

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