Con el objetivo de que la salud preventiva y la educación para la salud sean prioridad para el Estado Mexicano, el diputado Abel Cruz Hernández impulsa una iniciativa para modificar la Constitución Política para garantizar este derecho.
En la propuesta, suscrita también por el diputado José Alfredo Ferreiro Velazco y otros, el legislador explicó que la finalidad principal de la medicina preventiva es el fomento, protección y conservación de la salud; por ello, debe ser una prioridad en las políticas públicas e impostergable su inclusión en cualquier sector del área médica.
Resaltó que evitar la enfermedad es más sensible que limitarse a curarla; en este momento su factibilidad es mayor debido a los avances de la tecnología, un mejor conocimiento de la etiopatogenia y los factores sociales que la provocan. Además, el modelo actual de medicina curativa resulta cada vez más costoso.
En una iniciativa para reformar el artículo 4 de la Constitución Política, remitida a la Comisión de Puntos Constitucionales, el diputado consideró que algunos padecimientos importantes de detectar son el cáncer, la diabetes y la hipertensión arterial, a fin de detener su evolución y evitar complicaciones o secuelas con un tratamiento oportuno y adecuado.
Señaló que actualmente el Sistema de Salud Mexicano se enfrenta a una población que supera los 100 millones de habitantes, y sólo la mitad cuenta con un seguro de alguna institución pública como el IMSS, ISSSTE, Fuerzas Armadas o Pemex. A su vez, la Secretaría de Salud atiende principalmente a gente de escasos recursos y ha afiliado a 34 millones de personas al Seguro Popular. Sin embargo, alrededor de 20 millones más no cuentan con ningún seguro médico.
Lo anterior, dijo, resulta en un gasto de gran magnitud para el gobierno mexicano,provocado principalmente por padecimientos que se complican y que requieren atención especializada y constante, como la diabetes.
Cruz Hernández comentó que de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) de las personas con hipertensión (un factor de riesgo importante y tratable para los accidentes cerebrovasculares y los infartos cardiacos), el 47.3% desconocía su condición; de aquellos que estaban conscientes, sólo el 73.6% recibía tratamiento y menos de la mitad había reducido su presión de manera adecuada.
Del mismo modo, de quienes se saben diabéticos, el 14.2% (casi un millón de mexicanos) no había visto a un doctor para una revisión rutinaria en el último año. Se encontró que el 24.7% de los diabéticos tenían riesgos considerables de sufrir complicaciones como accidentes cerebrovasculares, infartos cardiacos, insuficiencia renal o pérdida de la visión, y 49.8% en muy alto riesgo.
El diputado mencionó que también los daños a la salud son causados en gran parte por la deficiente educación sanitaria en la población y limitada participación en el cuidado de su salud, por las malas condiciones de saneamiento que propician la existencia y el desarrollo de padecimientos de primer rango en la patología nacional. Además, la mala nutrición y hábitos alimentarios inadecuados, afectan a la población, fundamentalmente a la niñez.
También, indicó, un área importante dentro de la salud implica el conocimiento nutricional y terapéutico de la alimentación mediante la educación comunitaria que nos permita enseñar a la gente los valores nutricionales de los alimentos que consumen, pero además de los riesgos que conlleva la alimentación que habitualmente consume con excesos de calorías que propician sobrepeso, diabetes, obesidad, enfermedades cardiovasculares, y últimamente como lo han declarado las instituciones de salud, un riesgo mayor de enfermedades como cáncer y procesos reumáticos.
Por ello, estimó que el sistema de salud debe:
- Renovar su enfoque hacia la prevención y el fortalecimiento de la atención primaria;
- Consolidar y ampliar la base de ingresos para el cuidado de la salud,
- Mejorar la contratación y los arreglos de compra de manera que se optimice el acceso, la calidad y la eficiencia.