La diputada Melissa Torres Sandoval planteó exhortar a la Secretaría de Salud a que garantice a las mujeres embarazadas el acceso al esquema de vacunación que les corresponde, así como para contribuir a la protección materno-infantil contra enfermedades prevenibles por ese medio.
En un punto de acuerdo que analiza la Comisión de Salud, expuso que en México, la razón de mortalidad materna es de 34.6 por cada 100 mil nacidos vivos, y es en los países de menor desarrollo donde se generan las tasas más altas de fallecimientos de mujeres embarazadas.Por ello, mencionó, resulta exigible establecer un marco jurídico de protección permanente para toda mujer que desee ejercer su derecho a decidir el número y espaciamiento de los hijos, de la manera más segura.
Torres Sandoval destacó que la inmunización de las mujeres embarazadas contribuye al pleno ejercicio de su derecho a la protección de la salud y se convierte en una acción tendente a proteger sus derechos reproductivos.
Se recomienda que sean vacunadas en el segundo y tercer trimestre del embarazo. Debe recibir 2 dosis de vacuna de toxoide tetánico y de toxoide diftérico en dosis reducida, las cuales deben repetirse en intervalos de 10 años para que la protección sea permanente. Asimismo, debe ser vacunada contra la tosferina, influenza (TIV) y hepatitis B.
Las vacunas contraindicadas son:
- contra la influenza (LIV);
- sarampión-rubeola;
- sarampión-rubeola-parotiditis;
- rubeola y varicela.
Solo de manera especial se deben administrar la de tétanos-difteria-pertusis, hepatitis A, polio, neumococo, meningococo y rabia.
La diputada expuso que de 2010 a 2016, el 53.5% de los casos de influenza correspondió a mujeres; el 77% no tenían antecedente de vacunación y el 36% presentaba comorbilidad.
En cuanto a las defunciones, se observó un 55% en el sexo masculino, 85% no había sido vacunado y 71.5% presentaba comorbilidad. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el 50.8% de las mujeres embarazadas se vacuna por recomendación de un médico.
Mencionó que la vacuna es una suspensión de microorganismos que se administra con el objetivo de generar inmunidad y evitar la infección de una enfermedad. En el caso de las embarazadas, se puede favorecer una gestación segura.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), a diario mueren 830 mujeres por causas prevenibles relacionadas con el embarazo y el parto. La mortalidad materna es mayor en las zonas rurales y en las comunidades más pobres. Las adolescentes corren mayor riesgo de complicaciones y muerte a consecuencia del embarazo.
Relató que las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible es reducir la razón de mortalidad materna mundial a menos de 70 por cada 100 mil nacidos vivos entre 2016 y 2030, motivo por el cual se deben intensificar los esfuerzos legislativos por perfeccionar el marco normativo que hará posible que se logre el cumplimiento de dicha meta.
Melissa Torres añadió que las autoridades sanitarias no deben bajar la guardia frente a las enfermedades que amenazan el correcto desarrollo del embarazo y ponen en riesgo la salud de la madre del hijo. “La mortalidad materno-infantil continúa siendo un reto para el gobierno. No se deben escatimar esfuerzos para otorgar la debida protección de la vida de la mujer”.