El diputado César Agustín Hernández Pérez planteó exhortar a la Secretaría de Educación Pública a establecer programas de capacitación para el personal docente y administrativo, con el fin de incorporar al sistema educativo a niñas, niños, las y los adolescentes con condición de espectro autista.
Asimismo, propuso que se realicen campañas inclusivas dirigidas a los padres de familia y alumnos, con el objetivo de erradicar la estigmatización.También solicitó que la Secretaría de Salud emprenda campañas de concienciación social sobre el autismo, a fin de lograr un mejor conocimiento que contribuya a la inclusión de estas personas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que uno de cada 160 niños tienen un Trastorno del Espectro Autista (TEA), y que este comienza desde su infancia prolongándose hasta la adolescencia y vida adulta; se sabe que algunas personas pueden vivir de forma independiente, pero que existen otras que sufren un mayor número de discapacidades, lo que ocasiona que requieran de una constante atención.
El legislador señaló que entre los síntomas o señales que permiten detectar una persona con autismo se encuentran entre otros:
- Repetir constantemente las mismas palabras y otras ciertas conductas
- Tener demasiado interés en cosas u objetos
- Poco contacto visual
- No escuchar a las personas
- Interés prolongado en ciertos temas o detalles
- Demora al responder interrogantes
- Dificultad para seguir una conversación,
- y problemas para comprender el punto de vista de los demás.
Dijo que un tercio de las personas con autismo no se comunican de manera verbal, es decir no hablan; el 31% de los menores de edad con este trastorno poseen una discapacidad intelectual que les dificulta la vida cotidiana; aproximadamente 28% registran comportamiento de autolesión. Mientras que 7% suelen ser afectados por depresión, y en los adultos en un 26%.
“Quienes viven con espectro autista no tienen una enfermedad sino una condición y la única diferencia es que ellos procesan la información que reciben de una forma distinta, pues sus sentidos son mayores a los de una persona regular”, comentó.
Indicó que las familias de las niñas, niños, las o los adolescentes con este trastorno enfrentan situaciones difíciles ante la sociedad, pues la mayoría de estos infantes no tiene rasgos físicos respecto de esta condición, lo que hace que la gente no se pueda percatar a simple vista de su estado y mucho menos sabe cómo interactuar o ayudarles ante una posible crisis. “Esto sucede debido a la poca información que existe, que en ocasiones hace que estos niños sean blanco de bullying -acoso escolar-”.
“Quienes tienen hijos que padecen esta condición, argumentan que no hay escuelas públicas incluyentes o que con medidas y estrategias para educar a estos infantes, porque las escuelas regulares y su personal no están capacitados para atenderlos y, en caso de recibirlos, no les instruyen o los tienen aislados”.
Por otro lado, las academias privadas piden a los padres que los menores asistan con una maestra “sombra”, lo cual hace que los costos se multipliquen más o, incluso, que no puedan ser costeables.
Hernández Pérez expresó que los familiares refieren que faltan instituciones públicas en materia de salud que brinden apoyo a menores de edad que viven con autismo, ya que todo se ha concentrado en capacidades diferentes o especiales, pero a la hora de buscar específicamente este espectro, no hay personal capacitado que brinde apoyo para que estos infantes sean incluidos en la sociedad de forma asertiva.
El documento, turnado a la Comisión de Educación, señala que es importante considerar que niñas y niños con condiciones diferentes deben tener alternativas que les permitan ejercer sus derechos humanos a la salud y a la educación.
Asimismo, tener oportunidades en igualdad de condiciones que una persona regular, como asistir a una escuela pública con inclusión social[.]