Presentan a la Cámara de Diputados propuestas para evitar reducción de recursos a salud y combatir carencia alimentaria
Asociaciones e institutos diversos pidieron a la Cámara de Diputados evitar recortes en salud, especialmente para la atención de enfermedades derivadas del consumo del tabaco, del sobrepeso, y la obesidad, así como la diabetes por lo que propusieron hacer reajustes.
![Personas depositando una moneda en una alcacía en forma de cochinito](https://plenilunia.com/wp-content/uploads/2015/02/Depositphotos_8666819_original-562x375.jpg)
De la Fundación Interamericana del Corazón– México, el director de Iniciativas para el Control del Tabaco, Erick Antonio Ochoa, propuso elevar el gravamen por cada cigarro de 35 a 42 centavos, con lo que se recaudarían 3 mil millones de pesos más, suficientes para cubrir dos terceras partes del recorte al sector salud.
Precisó que en México mueren más de 66 mil personas al año a causa del cigarrillo, de las cuales el 10% nunca fumaron; en su mayoría eran mujeres.
Mencionó que el Instituto Nacional de Cancerología recibirá el siguiente año un 31% menos de lo ya ajustado este año; el programa de Prevención y Control de Sobrepeso, Obesidad y Diabetes, 25%, mientras que en el caso del Seguro Popular, será de 12%.
Luis Manuel Encarnación Cruz, coordinador de la Plataforma Estratégica contra el Sobrepeso y la Obesidad (ContraPESO), planteó reformar el artículo 2 fracción primera inciso g) párrafo segundo y adicionar un párrafo último de la Ley del IEPS, para aumentar el impuesto a las bebidas azucararas de uno a dos pesos por litro, y que los recursos recaudados, en particular el 20%, se destinen al objetivo social de prevenir la obesidad.
Relató que ContraPESO suma más de 40 organizaciones de la sociedad civil y busca impulsar una serie de políticas públicas en materia de prevención, para desincentivar aquellos factores de riesgo que inciden en el aumento del sobrepeso y la obesidad, en particular el consumo de bebidas azucararas, que causan 24 mil muertes al año.
En México, cerca de 7 de cada 10 adultos tienen obesidad y sobrepeso; 1 de cada 3 niños también, así como 1 de cada 3 adolescentes. El costo es altísimo, tan solo la atención directa e indirecta genera una erogación de alrededor de 80 mil millones de pesos para el sistema de salud. Aunado a ello, están enfermedades como la diabetes, la segunda causa de muerte, provocando más de 94 mil decesos anuales.
Reconoció que el impuesto a las bebidas azucaradas está cumpliendo con el objetivo de disminuir el consumo. A partir de 2014, hay una reducción en esta ingesta de los litros per cápita a nivel poblacional y en estos 2 años de implementación, 2014 y 2015, se observa una reducción de 6.5 litros por persona y por año.
“Esto tiene impacto significativo si consideramos que al consumir una sola bebida azucarara al día, aumenta la posibilidad de obesidad en adultos en 27% y en niños en 55%. Ahí tenemos los beneficios muy claros”, añadió.
Federico González Celaya, presidente del Consejo Nacional de Bancos de Alimentos de México, propuso aumentar el estímulo fiscal del 5 al 15% a las empresas que donen alimentos a alguna institución que atienda a familias que sufren hambre, a través de una reforma el artículo 27, fracción 20 de la Ley del Impuesto sobre la Renta (ISR), indicó. Estimó que esto se ayudaría al Estado mexicano a mitigar ese fenómeno y se garantizaría una mejor calidad de vida a la población. Pidió que los diputados analicen con seriedad la petición.
Explicó que a nivel nacional hay 28 millones y de personas con carencia alimentaria, uno de cada 4 mexicanos, 11.4 millones en pobreza extrema; sin embargo, apuntó se desperdician 19 millones de toneladas de alimentos al año, equivalente al 37% de la producción total.
Ese desperdicio tiene un valor monetario de 126 mil millones de pesos, es decir, 1.5 veces el presupuesto de la Sagarpa; “de esa dimensión es el problema”, advirtió.
Se requiere, afirmó, recuperar esos productos mediante mayores deducciones fiscales a las empresas donadoras, las cuales prefieren tirar esos alimentos. “Si se recuperara sólo el 50% de la perdida de alimento, no habría necesidad de gastar en programas sociales para combatir el hambre, y esos recursos podrían destinarse al desarrollo y educación, que son las soluciones de fondo a los problemas del país”.
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