En el último Informe mundial de la OMS sobre la TB se señala que en 2018 también se redujo el número de muertes por esta enfermedad: 1,5 millones de personas murieron de TB en 2018, frente a 1,6 millones en 2017. El número de nuevos casos de TB ha ido disminuyendo constantemente en los últimos años. Sin embargo, la carga sigue siendo alta entre las poblaciones marginadas y de ingresos bajos: alrededor de 10 millones de personas enfermaron de TB en 2018.
«Esto demuestra que podemos alcanzar las metas mundiales si unimos nuestras fuerzas, como lo hemos hecho a través de la iniciativa conjunta ‘Find. Treat. All. #EndTB’ de la OMS, la Alianza Alto a la Tuberculosis y el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria«.
En el último Informe mundial de la OMS sobre la TB, publicado hoy, se destaca que el mundo debe acelerar los progresos si quiere alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible de poner fin a la TB para 2030. En el informe también se señala que unos 3 millones de las personas con TB siguen sin recibir la atención que necesitan.
El papel de la cobertura universal
Actualmente, en muchos países la fragilidad de la infraestructura sanitaria y la escasez de personal sanitario dificultan la realización oportuna del diagnóstico y la administración de los tratamientos adecuados para la TB. Los sistemas de notificación deficientes son otro problema: aunque los proveedores de servicios de atención de la salud tratan a las personas, no notifican los casos a las autoridades nacionales, lo que deja una imagen incompleta de las epidemias nacionales y de las necesidades de los servicios. Además, hasta un 80% de los pacientes de TB en los países de alta carga gastan más del 20% de sus ingresos familiares anuales en el tratamiento de la enfermedad.
El Dr. Tedros añadió: «Los progresos sostenidos en la lucha contra la TB requerirán sistemas de salud sólidos y un mejor acceso a los servicios. Esto significa una inversión renovada en la atención primaria de la salud y un compromiso con la cobertura sanitaria universal«.
El mes pasado, los Jefes de Estado acordaron una declaración política sobre la cobertura sanitaria universal en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, destacando la importancia de ampliar la cobertura de los servicios y comprometiéndose específicamente a incrementar los esfuerzos para hacer frente a enfermedades transmisibles como el VIH, la TB y el paludismo (o malaria).
Una forma de mejorar la cobertura es adoptar enfoques integrales centrados en las personas. La mejora de la integración de los programas de lucha contra el VIH y la TB ha posibilitado que 2/3 tercios de las personas a las que se ha diagnosticado la TB conocen ahora su estado respecto del VIH. Además, un mayor número de personas con VIH están recibiendo tratamiento.
Sin embargo, los programas de salud infantil no siempre se centran adecuadamente en la TB: la mitad de las niñas y los niños con TB no tienen acceso a una atención de calidad, y solo una cuarta parte de menores de 5 años de familias afectadas por la TB reciben actualmente tratamiento preventivo.
Hacer frente a la farmacorresistencia
La farmacorresistencia sigue siendo otro impedimento para acabar con la TB. En 2018, se calcula que hubo medio millón de nuevos casos de TB farmacorresistente. De estas personas, solo 1 de cada 3 estaba recibiendo tratamiento.
La nueva guía de la OMS tiene como objetivo mejorar el tratamiento de la TB multirresistente mediante la adopción de regímenes totalmente orales que son más seguros y eficaces. La guía forma parte de un paquete de medidas más amplio que fue publicado el 24 de marzo de 2019 (Día Mundial de la Tuberculosis) con el fin de ayudar a los países a acelerar los esfuerzos para erradicar la enfermedad.
«La OMS está trabajando estrechamente con los países, los asociados y la sociedad civil para acelerar la respuesta a la TB«, declaró la Dra. Tereza Kasaeva, Directora del Programa Mundial contra la Tuberculosis de la OMS. «Trabajar en diferentes sectores es clave si queremos acabar con esta terrible enfermedad y salvar vidas«.
Financiamiento
La lucha contra la TB se encuentra «crónicamente» carente de fondos. La OMS estima que el déficit de inversión para la prevención y atención de la TB en 2019 será de US$ 3,300 millones. El financiamiento internacional (que es fundamental para muchos países de ingresos bajos y medios) asciende a US$ 900 millones en 2019, de los cuales el 73% proviene del Fondo Mundial. El éxito de la reposición del Fondo Mundial de la semana pasada será fundamental para fortalecer el financiamiento internacional.
El mayor donante bilateral es el Gobierno de los Estados Unidos, que proporciona casi el 50% de la financiación total de los donantes internacionales para la lucha contra la TB cuando se combina con los fondos canalizados y asignados por el Fondo Mundial.
Existe una necesidad urgente de financiamiento para la investigación y el desarrollo en relación con la TB, ámbito que presenta un déficit anual de US $ 1,200 millones. Las necesidades prioritarias incluyen:
- una nueva vacuna o un tratamiento farmacológico preventivo eficaz
- pruebas rápidas de diagnóstico en el punto de atención;
- y regímenes farmacológicos más seguros, sencillos y cortos para tratar la TB.
«Para acelerar la investigación y la innovación en relación con la TB, la OMS está elaborando una estrategia mundial«, añade Kasaeva. «Estamos colaborando con instituciones académicas, con redes de investigación como la BRICS TB Research y con asociados como la Fundación Bill y Melinda Gates y el UNITAID, entre otros, con el fin de poner en práctica las innovaciones e interrumpir la trayectoria de la epidemia de TB«[.]