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Llegan los últimos meses del año y, mientras el mundo parece gritar «¡Feliz Navidad!» y llenarse de luces, tú sientes que te apagas. Te cuesta levantarte de la cama, la ansiedad por los pendientes se dispara y lo único que se te antoja es comer pan dulce bajo las cobijas. ¿Te suena familiar?
Muchas mujeres cargamos con la culpa de no estar «radiantes» en estas fechas. Pero el Dr. Alonso Morales, Neurólogo de la Conducta, nos invita a quitarnos esa culpa y entender qué pasa realmente en nuestra cabeza. Él pone sobre la mesa un tema clave: el Trastorno Afectivo Estacional (TAE).
¿Qué es el Trastorno Afectivo Estacional?
El Dr. Morales explica que no es solo «odio al frío». Se trata de un patrón de depresión que llega como un reloj: inicia en otoño, se queda todo el invierno y suele irse cuando regresa la primavera.
«El cambio de estación trae consigo no solo un nuevo clima, sino también transformaciones en nuestro estado de ánimo y energía», señala el especialista.

En México es diferente: El factor emocional
Generalmente, escuchamos que esto pasa en países donde no sale el sol. Pero el Dr. Morales hace una distinción para nosotras en México: aquí no es solo la falta de luz.
“En nuestro país, donde los ciclos lumínicos son menos drásticos, las presiones sociales de las fiestas, la soledad o los conflictos interpersonales pueden actuar como catalizadores y agudizar la sintomatología estacional”, advierte el neurólogo.
A esto sumémosle la carga mental que solemos llevar las mujeres en estas fechas: organizar cenas, cuadrar presupuestos, cuidar a la familia y cerrar ciclos laborales. Es el caldo de cultivo perfecto para el estrés y la ansiedad.
El Check-list: ¿Estoy triste o tengo TAE?
El Dr. Morales, especialista médico de Sun Pharma, nos comparte los síntomas clásicos para que aprendas a escucharte. Ojo si presentas:
- Tristeza o apatía constante: Sentirte decaída casi todos los días.
- Hipersomnia: Tener mucho más sueño de lo normal.
- El «Antojo» incontrolable: Un deseo fuerte de comer carbohidratos (adiós dieta, hola culpa).
- Fatiga mental: Dificultad para concentrarte y sentimientos de culpa.

Además, el doctor menciona un punto crucial: La «recapitulación» de fin de año. Es esa época donde hacemos el balance de pérdidas y ganancias. «Esto naturalmente puede generar estrés, ansiedad y tristeza», aclara el experto. Si sientes que no cumpliste tus metas, la ansiedad puede dispararse.
El plan de acción: compasión, ante todo
El especialista explica que no se trata de esperar a que llegue la primavera para sentirte bien. El Dr. Morales nos propone una estrategia basada en la compasión y la acción.
1. Honestidad emocional (se vale no estar bien)
El primer paso es dejar de fingir. «Reconocer que no está mal sentirse mal. Es fundamental ser compasivos y empáticos con uno mismo», dice el Dr. Morales. Si la tristeza ya no te deja funcionar (no quieres bañarte, comes en exceso o dejas de comer), es una señal de alerta para buscar ayuda médica o psicoterapia.
2. Acción contra la inercia
Este es quizás el consejo más retador pero efectivo del neurólogo:
“A pesar de que no tengas ganas de hacer las cosas, por inercia, comienza a hacerlas”.
El cerebro necesita un empujón. Muévete, aunque sea un poco. El ejercicio físico es medicina natural.
3. Rutina «anti-caos»
Para combatir la ansiedad de la temporada, el Dr. Morales sugiere:
- Horarios de sueño fijos: Intenta dormir y despertar a la misma hora.
- Ojo con el alcohol: Puede parecer que relaja, pero en realidad empeora los síntomas depresivos.
- Red de apoyo: No te aísles. Busca espacios de disfrute con amigas o familia que te sumen paz, no conflictos.
El cierre de año no tiene por qué ser una tortura silenciosa. El mensaje final del Dr. Alonso Morales es un abrazo al corazón:
«No tiene por qué pasarse este periodo en soledad o con sufrimiento innecesario. Seamos honestos con nosotros mismos, pidamos ayuda y acerquémonos a las herramientas que la medicina nos ofrece».






















