Producir métodos más eficientes y económicos para inmunizar a la sociedad de enfermedades como el cáncer cervicouterino o la tuberculosis, a través de compuestos extraídos de frutos de plantas, entre ellos el jitomate, es el objetivo de científicos del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), Unidad Irapuato.
Miguel Ángel Gómez Lim, adscrito al Departamento de Ingeniería Genética de Plantas, explicó que el método consiste en introducir genes de patógenos de los diferentes virus a las plántulas (plantas en proceso de crecimiento), para que al momento de que éstas crezcan produzcan frutos y generen los antígenos, los cuales desencadenan la formación de anticuerpos, suficientes para ayudar a combatir las diversas enfermedades, al momento de ser consumidas.
Actualmente se están afinando los detalles con la Secretaría de Salud para
poner en marcha la investigación que permita realizar pruebas con pacientes infectados por el virus del papiloma humano (VPH), en el Centro Médico Nacional Siglo XXI -en colaboración con Alberto Monroy- y en el Hospital General de México, y así dar un paso más en el avance de esta investigación.
Otro aspecto del convenio con la SSA es el estudio de la tuberculosis, con la finalidad de producir compuestos, por medio de frutos, que permitan reforzar las defensas del cuerpo para contrarrestar la enfermedad, ya que últimamente se ha notado una resistencia de la bacteria a la vacuna tradicional, expresó Gómez Lim.
La nueva técnica de inmunización permitirá la producción de vacunas a un
costo más bajo, además de elevar el número de dosis disponibles y facilitar su transportación y conservación, haciendo más eficientes las actuales campañas de vacunación.
Además de jitomates, los cuales mostraron resultados muy positivos, se pueden emplear otros frutos como el plátano, aunque el tiempo de maduración de éste es muy largo lo que dificultaría su utilización. También está la opción de una planta que pertenece a la familia del tabaco, pero con mucho menor nicotina, que tiene la ventaja de que en tan solo dos semanas puede llegar a producir los antígenos.
El resultado que se busca, indicó el investigador Gómez Lim, es que al momento de ingerir un fruto de estas plantas modificadas genéticamente se pueda quedar vacunado, aunque existen inconvenientes como el que las plantas no generen frutos iguales, lo que provocaría un inadecuado control de las dosis para cada ser humano. La solución radica en extraer el compuesto contenido en los frutos, para aplicarlo de manera oral o por medio de una inyección que posibilite a los médicos controlar la dosis para cada individuo.
Además del VPH y la tuberculosis, se encuentran trabajando con otro tipo de enfermedades como el rotavirus, el virus del dengue que afecta a un gran número de personas que viven en zonas húmedas, así como la hepatitis C, concluyó el científico galardonado con el Premio Nacional de Investigación otorgado por la Fundación Mexicana para la Salud y Glaxo Smith Kline.