Un estudio realizado por la Escuela de Ciencias Políticas y Económicas de Londres revela que cuanto más ayudan los hombres en las tareas domésticas, su relación de pareja se fortalece.
Más allá de un beneficio económico, lo sobresaliente cuando se habla de la importancia de que ambos miembros de la pareja laboren, es la manera en que esta actividad enriquece el crecimiento personal de cada uno, contribuye también a crear una unión sólida entre ambos. Es importante dejar a un lado la idea que esto puede significar una amenaza para la familia que ellos forman ya que por el contrario, es una oportunidad de cerrar filas y fortalecer el proyecto de vida, juntos.
Hace unos diez años, una exitosa productora de televisión, casada y madre de dos hijos, se topó con la noticia de que su hijo menor ya no hablaba. De inmediato lo llevaron al doctor, quien le informó a la familia que el niño estaba completamente sano. El siguiente paso fue canalizar al pequeño a un psicólogo, quien descubrió que el silencio era la manera que tenía el niño de mostrar su infelicidad ante las largas y constantes ausencias de sus padres. ¿La solución? La pareja decidió que el padre se quedaría en casa y se haría cargo de la crianza de los hijos, mientras ella continuaba con su meteórica carrera profesional.
Y es que puede ser que haya llegado el momento de que los hombres y las mujeres tengan otros roles. Un estudio realizado por la Escuela de Ciencias Políticas y Económicas de Londres a 3 mil 500 matrimonios británicos que acababan de tener su primer hijo arrojó importantes datos. Resulta que cuanto más ayudan los esposos en las tareas domésticas, su relación de pareja se fortalece.
El doctor Sigle-Rushton, investigador asociado en el Centro para el Análisis de la Exclusión Social, piensa que los economistas han pasado demasiado tiempo examinando la asociación entre empleo femenino y divorcio cuando hay que voltear a ver la división del trabajo “no remunerado”, agrega.
La tarea de hacer pie de casa es vital para que la familia se mantenga fuerte y unida, por lo que si uno de ellos sale a trabajar fuera de ella, es estratégico que ambos hagan frente a las responsabilidad y quehaceres que demanda su hogar. No existen tareas pequeñas o sin importancia, del esfuerzo de ambos depende el bienestar de cada uno de sus integrantes.
Sigle-Rushton centró la investigación en ese aspecto y asegura que “la contribución de los varones a las tareas del hogar estabiliza el matrimonio, independientemente de la situación laboral de las madres”.
¡Manos a la obra!
No existen recetas ni fórmulas que garanticen que un proyecto de pareja funcione, sin embargo, bien vale la pena intentarlo todo para que así suceda. La forma en que los dos aborden las demandas que su familia tiene, puede hacer la gran diferencia, hay que asumir sin prejuicios la división de tareas, administración de los recursos y principalmente, el cuidado y atención a los hijos.
María Magdalena Egozcue Romero, autora del libro Primeros Auxilios Psicológicos, explica en su libro que a la pareja le será de gran utilidad no sólo pensar y examinar la forma en que se organizan, también lo es, imaginar el futuro para que elijan cómo desean vivir los siguientes años y enfrenten con éxito los retos que se les presenten. Y enfatiza: “El respeto, la aceptación y la negociación son clave”.
A veces se piensa de manera equivocada que cuando el hombre o la mujer se ocupan fuera de casa, quien se queda a cargo de ella no trabaja, ya que “simplemente” se hace cargo de lo que se necesita en el hogar, como si fuera una tarea fácil y sin valor. En la medida que se vea que ambas tareas implican esfuerzo, orden y reconocimiento, se podrá decidir la mejor forma en que una pareja quiera afrontar el mejor y más grande reto que tienen, trabajar los dos, fuera o dentro de casa, mientras construyen una familia.
Colaboración de Fundación Teletón México para Plenilunia.
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