Así nos lo explica la Dra. Ana Cristina King, de la Clínica KingOrtopedia, al señalar que este padecimiento se encuentra relacionado con trastornos neurológicos y en ocasiones circulatorios que presentan los pacientes con diabetes mellitus tipo 1 y diabetes mellitus tipo 2. Recordemos que la diabetes tipo 1 es en la que el paciente necesita forzosamente la insulina por la insuficiencia de su páncreas para generarla naturalmente. En cambio en la diabetes tipo II, el paciente con cuidados y hábitos saludables de alimentación y ejercicio – además de medicamentos que bajen su glicemia (azúcar)- puede mantenerla controlada.
“La diabetes causa más de la mitad de las amputaciones no traumáticas en Estados Unidos, la mayoría en pacientes que la han padecido por más de cinco años”, comenta la especialista.
Las causas más frecuentes de la amputación en los pacientes diabéticos son:
• Úlceras
• Neuropatía (trastornos de sus nervios)
• Infección
• Gangrena
• Isquemia
• Pie de Charcot.
Los pacientes diabéticos deben tener control diario y estricto de los niveles de glucosa en su sangre, siendo ésta la mejor manera de retardar las complicaciones de la enfermedad. Al estar la glucosa elevada en sangre se dañan los nervios y poco a poco se pierde sensibilidad principalmente de sus pies, perdiendo así la defensa más importante de los mismos y por este motivo se vuelven más susceptibles a presentar heridas y posteriormente infecciones, puntualizó la Dra. King.
Es claro, por tanto, que “las personas con esta enfermedad deben recordar revisar diariamente sus pies para descartar cualquier lesión, así como hacer una inspección visual y con sus manos palpar sus zapatos antes de calzarlos”, comentó.
Se considera que un pie está en riesgo –añade la especialista de KingOrtopedia– si, en principio, el paciente vive con diabetes mellitus, pero, aparte, si tiene deformidades en sus pies (hallux valgus o dedos en garra). De igual manera existe riesgo, si hay presencia de hiperqueratosis o callos, ya que éstos pies con callos se vuelven más susceptibles de desarrollar lesiones cutáneas y posteriormente infecciones que ponen en peligro la extremidad e incluso la vida del paciente.
La Dra. King comenta que el manejo que damos a los pies de los diabéticos puede dividirse en dos grandes grupos:
1er. Grupo. Pacientes diabéticos y con pies en riesgo. Un pie en riesgo es el pie de una persona diabética y que, aparte, presenta callos o deformidades (juanetes, dedos en garra, etc.). La adecuada indicación de uso de ortesis o calzado personalizado y ejercicios de rehabilitación, pueden ayudarnos a controlar o disminuir dicho riesgo.
Asimismo, en ciertos casos se necesita la cirugía mínima invasiva del pie. Y esta opción toma un papel muy importante, ya que con un mínimo traumatismo a los tejidos blandos le es posible al médico hacer correcciones en el pie y así eliminar las zonas de presión del pie, con lo que se limita el riesgo al que se encuentra expuesto todos los días.
2º. Grupo. Pacientes ya con un pie diabético desarrollado. “Con estos pacientes hacemos uso de tratamientos de alta tecnología (sistema VAC, Ozono, apósitos para el cuidado avanzado de las heridas); en casos necesarios, procedimientos quirúrgicos para limitar el avance de la infección, y en los casos más avanzados, existe la opción de realizar amputaciones, lo más limitadas posibles, para permitirle al paciente regresar a su vida diaria. Esto, siempre apoyado con un equipo multidisciplinario de médicos que hemos formado a través del tiempo”, explica la especialista.
Consejos para el cuidado del pie diabético
El paciente con esta enfermedad debe tener disciplina y llevar a cabo los consejos y cuidados de los especialistas, y nuestra entrevistada nos comparte aquí algunos:
- Revisar diariamente sus pies, ya sea con ayuda de un espejo o un familiar. Si encuentra cualquier zona de color diferente, acudir de inmediato con un especialista Ortopedista de preferencia dedicado a la cirugía del pie.
- Cortar las uñas cuadradas y largas.
- Uso de zapatos cómodos, amplios y suaves.
- Uso de calcetines para diabético o en su defecto calcetines de algodón o lana, sin elástico, y cambiarlos diariamente.
- Antes de meter el pie dentro del zapato verificar siempre que no haya dentro ningún objeto.
- Mantener los pies bien humectados, pero evitar poner crema entre los dedos.
- Acudir al Dermatólogo en caso de presentar uñas gruesas de color obscuro, o señales de hongos entre los dedos o la planta del pie (piel que se cae fácilmente).
- Realizar diariamente ejercicios con los dedos de los pies, pues al mantenerlos móviles evitamos deformidades.
- Acudir al menos una vez al año con su Ortopedista especialista en pie para una revisión.