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El condón femenino es un método anticonceptivo de barrera diseñado para las mujeres. Está hecho de latex, el mismo material con el que se hacen los condones masculinos, y los guantes médicos.
Se debe de colocar introduciéndolo a lo largo del conducto vaginal. La parte externa debe quedar colocada en la vulva, específicamente en los labios mayores. Éste se sostiene de manera externa pues cuenta con un arillo rígido que lo permite. Al momento de las relaciones sexuales obstruye el paso de los espermatozoides al útero, previniendo embarazos, así como Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS).
“Al igual que los condones masculinos, se retira, se le hace un ‘nudito’ y se le desecha. Hablando del precio, pues es muy variable, pero definitivamente es más caro que el masculino. Lo bueno es que algunas instituciones como Centros de Salud y en Mexfam los distribuyen de manera gratuita. Sin embargo, su uso sigue siendo muy reducido”, comenta la Dra. Verónica Delgado, sexóloga de la Asociación Mexicana para la Salud Sexual, A.C.
“Quizá requiera de habilidad para colocarlo, pero para alguien que tiene contacto con su cuerpo, por ejemplo con la utilización de tampones, no debe tener mayor problema. Es sólo cuestión de aprender a usarlo y asegurarse de que quede bien colocado”, agrega.
Su efectividad es muy alta cuando se coloca bien, como con el condón masculina, más del 90 por ciento. Protege de embarazo y ETS.
“Sí es una alternativa buena, sólo es cuestión de familiarizarse con él. Sí tiene diferencias estéticas con respecto al masculino, sólo hay un modelo que es del latex convencional, no hay de colores ni texturas. Pero es una excelente opción que las mujeres pueden utilizar para su autocuidado”, explica la Dra. Delgado.
Como se ve, el condón femenino, a pesar de su uso reducido, es una excelente opción para quien no quiere experimentar con los anticonceptivos hormonales, y que además se preocupa por protegerse de ETS.