La obesidad es una enfermedad que no solo ocasiona padecimientos crónicos como diabetes o hipertensión arterial, también afecta el desempeño de la sexualidad, causa sentimientos de desvalorización, baja autoestima y rechazo del propio cuerpo.

Tanto en hombres como en mujeres la presencia de obesidad o sobrepeso afecta severamente su manera de desenvolverse en su vida sexual y en sus relaciones de pareja.

La sexóloga Claudia Wally Rampazzo explica que más que un problema de salud, la mujer vive la obesidad o el sobrepeso como un problema estético que impacta directamente en su sexualidad y la limita para disfrutar plenamente, «las mujeres se sienten incómodas con su aspecto, se avergüenzan de su cuerpo y, en la relación sexual evitan que su pareja la vea desnuda, se esconde y prefiere «hacerlo» con la luz apagada, además de inhibirse con ciertas posiciones sexuales«.

Las mujeres con obesidad pierden elasticidad y es frecuente que presenten dolor articular al realizar algunas posiciones sexuales; fisiológicamente ven alteradas la lubricación vaginal, la erección del clítoris y la obtención de un orgasmo, expresa la terapeuta sexual.

Para los hombres tampoco es fácil afrontar la obesidad, aunque lo viven de manera diferente que las mujeres, ellos se ven menos afectados por su apariencia y se avergüenzan menos de su obesidad al momento del sexo, más que preocuparse por una cuestión estética, sienten afectado el aspecto erótico.

Pero la obesidad también hace estragos significativos en la salud sexual de los hombres. La especialista explica que esta enfermedad provoca que el nivel de testosterona disminuya dando lugar a alteraciones muy importantes en su fisonomía y en su desempeño sexual, «se ha visto que los hombres que tienen ‘demasiada’ grasa abdominal o en otras partes del cuerpo dejan de producir testosterona y en su lugar producen estrógenos (hormona femenina) ocasionando el achicamiento del pene (reducción de la longitud peniana), aumento mamario, reducción del tamaño de los testículos, además de disfunción eréctil y disminución del deseo sexual, entre otros.

El riesgo está en que la situación se convierta en un círculo vicioso ya que a mayor sobrepeso u obesidad, mayor deterioro de la sexualidad. Por ello es preciso romper ese ciclo para evitar estados de ansiedad o depresión que por lo general impactan con mayor severidad a la mujer, debido a que ella se percibe más obesa de lo que en realidad está«, puntualiza la especialista.

Más allá de las razones del aumento de peso, es importante resaltar que la persona con sobrepeso u obesidad tiene derecho a disfrutar de una vida sexual plena y satisfactoria; si dichas enfermedades son un obstáculo para ello, es pertinente acudir con un especialista que le apoye profesionalmente para lograr un peso adecuado y encontrar el camino para alcanzar una vida saludable en todos los sentidos.