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Médicos especialistas de los Estados Unidos y Japón han encontrado una forma de tratar la fibrilación auricular, al agregar un pequeña cantidad de alcohol a las terapias mínimamente invasivas dirigidas hacia un conjunto de nervios mal comportados y que se saben son los detonadores de la arritmia. En la edición más reciente del Journal of the American College of Cardiology (JACC) (en línea antes de su versión impresa), los investigadores comparten que el nuevo tratamiento puede atenuar o detener la transmisión de los impulsos eléctricos que causan la fibrilación auricular.
El Dr. Miguel Valderrábano, investigador en jefe del estudio y jefe de electrofisiología cardiaca en el Centro Cardiovascular DeBakey del Hospital Metodista de Houston, descubrió que agregar cuatro inyecciones o menos de etanol de 98 por ciento a la ablación de ondas de radio asistida por catéter de las agrupaciones nerviosas cerca de la vena de Marshall bastaban para dañar o matar los nervios. Con ello, se logró evitar que los médicos detonaran artificialmente la fibrilación auricular con electricidad. La estimulación eléctrica se usa durante los procedimientos de fibrilación auricular para establecer si las ablaciones fueron exitosas.
“Se trata de una terapia que va dirigida a los nervios cardiacos que ya se había demostrado que están involucrados en la fibrilación auricular”, explicó el Dr. Valderrábano. “La ablación por radiofrecuencia implica riesgos de daño colateral a otras estructuras y también hay riesgos asociados con las opciones quirúrgicas. Se demuestra que la ablación química con alcohol puede llegar a eliminar la actividad nerviosa anormal, al introducir un catéter a través de una vena en el cuello y realizar todo el trabajo a través de ello”.
Agregar el alcohol pareció ser una medida mucho más eficaz en cuanto a interrumpir los nervios que la terapia quirúrgica estándar, ondas radioeléctricas concentradas que provocan que el tejido en un área reducida se vaya quemando o cicatrizando.
“En este estudio se muestra que cuando se agrega el etanol a la vena de Marshall, se podría mejorar la eficacia de los tratamientos estándar”, agregó Valderrábano. “Seguidamente tenemos que ver los resultados a corto y largo plazo para conocer cuál tratamiento es el que mejor le funciona al paciente”.
La ablación con catéter es un tratamiento eficaz para la fibrilación auricular, conocida en inglés como a-fib, pero la solución que ofrece no siempre es permanente. Muchos pacientes encuentran que les regresa meses o años después de la primera intervención y optan por someterse a una segunda operación. El Dr. Valderrábano y sus colegas están investigando la manera de mejorar los procedimientos para que solamente se tenga que hacer una vez.
Para comprobar la actividad de las aglomeraciones nerviosas y verificar que la actividad de los nervios pudiera inducir la fibrilación auricular, se utilizó la estimulación eléctrica de alta frecuencia. Antes del tratamiento, la estimulación provocó la fibrilación auricular en todos los pacientes. Después de la inyección de alcohol en la vena de Marshall, la estimulación eléctrica nunca indujo la fibrilación auricular.
Los investigadores examinaron la concentración de alcohol en la sangre en aquellos pacientes que recibieron el tratamiento con alcohol y descubrieron que no pudieron detectarlo. La dosis más alta fue de 4 mililitros (cuatro inyecciones de 1 mililitro de etanol de 98 por ciento), y el cuerpo promedio contiene más de 1,000 veces ese volumen en sangre. En comparación, una lata de cerveza americana contiene de 10 a 15 mililitros de etanol.
Los investigadores indicaron también que no parecían haber complicaciones relacionadas a la infusión de alcohol o al acceso al conglomerado nervioso de la vena de Marshall.
La arritmia cardiaca es una condición general en la cual el corazón no late como debe ser y la fibrilación auricular es el tipo más común. En la fibrilación auricular, una o ambas cámaras superiores del corazón tiemblan entre latidos. Esto interrumpe el flujo sanguíneo y debilita la potencia con la que el corazón bombea sangre oxigenada a todas partes del cuerpo. Un síntoma típico es la aceleración del ritmo cardíaco y otros síntomas posibles incluyen palpitaciones, incapacidad de realizar actividades físicas de manera sostenida, dolores en el pecho y edema. La fibrilación auricular es poco común entre adultos más jóvenes sin embargo, su prevalencia aumenta con la edad. Una de cada doce personas mayores de 80 años padece de fibrilación auricular. La edad promedio de los voluntarios en el estudio JACC fue de alrededor de 64 años.