Esta impide de manera selectiva la entrada de virus, parásitos o bacterias como salmonellas y E. coli, que en época de calor aumentan la incidencia de trastornos gastrointestinales. Su estudio es importante no sólo para reducir el número de infecciones, sino también para desarrollar nuevas clases de vacunas.
«El estudio de las mucosas ha resultado complejo porque aún no podemos entender con claridad cómo seleccionan lo bueno de lo dañino. Esta es la parte clave que (en caso de comprenderse) nos permitiría estimular la respuesta inmunológica contra agentes patógenos o evitarla contra cosas que no debe responder, como los alérgenos y la autoinmunidad«, señala el académico del Cinvestav.
El experto en inmunología aclara que, a diferencia del sistema inmunitario interno -que no permite la presencia de ningún agente extraño al cuerpo, pues lo elimina y genera una inmunidad llamada esterilizante-, las mucosas producen otra reacción. Esta se denomina «exclusión inmune» y es selectiva, pues impide la entrada de sustancias dañinas pero permite la de otras inocuas como las proteínas de los alimentos.
Esta diferencia en la reacción inmunitaria se debe a que las mucosas están en contacto permanente con múltiples agentes externos, incluido el conjunto de microbios benignos que se alojan en nuestro organismo. «Este es uno de los puntos diferenciales que cambia por completo el concepto de inmunología«, refiere Vega López.
«Los inmunólogos han estudiado por más de 150 años lo que pasa en el suero (sangre). Hasta hace unos 25 años, se dieron cuenta que las mucosas del organismo son los sitios más importantes del sistema inmunitario, porque están en contacto con todas las amenazas que el medio ambiente representa para la salud«.
Este conocimiento podría aprovecharse para fabricar nuevas clases de vacunas no invasivas (sin agujas, pues ya no tendrían que inyectarse por vía intramuscular) contra infecciones e, incluso, ciertos padecimientos de tipo inmunitario, como las alergias.
«Mucha gente tiene alergia al polen, que aparentemente no es una sustancia dañina. Si logramos entender cómo las mucosas seleccionan las cosas dañinas de las que no lo son, podríamos manipular ese sistema para que el paciente alérgico no tuviera esa respuesta«.
Por otro lado, añade el investigador, si llega un microbio verdaderamente peligroso la respuesta inmunitaria, generada a través de la mucosa, podría manipularse para que responda selectivamente contra ese microorganismo impidiendo su entrada. Con ello podría reducirse el elevado número de casos de infecciones mucosales que se registra en México.
«Nuestra población padece más de 30 millones de casos de infecciones respiratorias y gastrointestinales agudas al año, lo que las hace problemas de salud prioritarios«, refiere el inmunólogo, quien utiliza cerdos como modelo de investigación en su trabajo.
«México está en el peor escenario, porque tiene las enfermedades del primer mundo (crónico degenerativas, como cáncer o diabetes), pero no ha dejado atrás las del tercer mundo. Por ejemplo, 18% de muertes de niños menores de cinco años en el país se deben a enfermedades respiratorias agudas«.
Ante ello, Vega López considera que, además de buscar una nutrición e hidratación adecuadas, la mejor estrategia para controlar estos problemas es elevar el nivel de vida de la población: «si la gente tiene buena alimentación, una habitación en buenas condiciones, con drenaje y agua potable, este tipo de enfermedades se reducirá considerablemente«.