Los viajes de verano no sólo son por vacaciones, pues para algunas personas puede incluir trasladarse hasta un hospital fuera de la ciudad, con el fin de someterse a una cirugía. Si necesitas viajar para una cirugía de tórax, es posible que te preguntes si es más seguro regresar a casa por tierra o por avión. Un nuevo estudio de Mayo Clinic descubrió que, contrario a las creencias, los viajes por avión son tan seguros como viajar por tierra después de la cirugía de tórax, y casi nunca hay una razón para esperar semanas y regresar a casa en avión.
[media-credit name=»peshkova, neyro2008, Plenilunia» align=»aligncenter» width=»562″][/media-credit]
El autor principal del estudio, el Dr. Stephen Cassivi, cirujano torácico de Mayo Clinic, proporciona las siguientes cinco sugerencias para un viaje de regreso más seguro y cómodo después de la operación:
- No viajes solo. Si tienes que viajar por tierra, necesitas que otra persona conduzca el carro durante la primera etapa posterior a la operación. Corrobora con el médico para determinar cuándo puedes volver a manejar sin peligro. Es posible que necesites que alguien cargue las maletas, de modo que si viajas por avión, solicita los servicios o envía el equipaje por anticipado.
- Camina un poco cada hora durante el viaje. Permanece en movimiento. En los días posteriores a la operación, el cuerpo atraviesa por un estado inflamatorio que predispone más a una persona a presentar coágulos sanguíneos, sobre todo en las piernas, y en especial cuando no hay buena circulación de sangre.
- De acuerdo con el Dr. Cassivi “Si viajas en automóvil, detente cada hora, sal y da una o dos vueltas alrededor del auto para mantener circulando a la sangre. Si viajas por avión, las compañías aéreas tienen folletos con ejercicios o sus médicos y enfermeros pueden enseñarte cómo bombear las pantorrillas si te toca el asiento de en medio. Procura pedir el asiento del pasillo para que sea más fácil levantarte y caminar”.
- Durante un vuelo largo, ayuda caminar una o dos veces a lo largo del pasillo, o bien, caminar cada hora, porque así se evita la inmovilidad que puede conducir a la formación de un coágulo sanguíneo.
- Permanece hidratado. La deshidratación aumenta el riesgo de coágulos sanguíneos. El aire en la cabina del avión tiende a ser seco. Por ello, lo mejor es beber agua.
Agrega el Dr. Cassivi que “Otras bebidas, como el alcohol y los refrescos, hidratan menos y no aportan el mismo beneficio por el volumen de líquido bebido. Es muy importante permanecer hidratado, especialmente durante un vuelo en avión”.
Vestir ropa floja. Usar faja no es por completo lo mejor después de la cirugía, a menos que en específico el cirujano lo recomiende. Las medias elásticas de compresión son un ejemplo del tipo de vestimenta apretada que un médico podría recetar para evitar que la sangre se acumule en las venas de las piernas.
Considerar suplemento de oxígeno. Si tienes graves problemas para recibir suficiente oxígeno, lo ideal sería buscar para el viaje de regreso a casa, algún suplemento de oxígeno, como un tanque portátil. Los pacientes que muestran los signos de un problema de oxigenación en el hospital, es común que salen a casa con suplemento de oxígeno, ya sea que viajen por tierra o por aire.
En general, viajar de vuelta a casa en avión es igual de seguro que hacerlo por tierra después de la cirugía, agrega el Dr. Cassivi, quien presentó la investigación durante la reunión anual de la Asociación Americana de Cirugía Torácica en Toronto, en el mes de abril. El estudio descubrió que los pacientes sometidos a cirugía del tórax que regresan a casa en avión, así como los que lo hacen por tierra, corren el mismo riesgo bajo de presentar complicaciones, tales como neumonía, trombosis venosa profunda, embolia pulmonar, o problemas pulmonares como neumotórax que es el colapso del pulmón.
El Dr. Cassivi comenta que “Esto trata un punto muy importante que suele manejarse según dogmas o proposiciones populares y mitos hospitalarios. Se descubrió que, si bien el riesgo no es inexistente, es bajo e igual entre el viaje por tierra que por avión. Por lo tanto, posiblemente ya no se aplique la antigua regla de permanecer quieto entre dos y cuatro semanas después de la cirugía, y creo que eso permite que pacientes y cirujanos analicen conscientemente la situación personal y orienten las decisiones sobre el viaje según cuán bien vaya la recuperación”.
Concluye el Dr. Cassivi que “En general, el paciente puede viajar después de la operación, siempre y cuando el viaje esté bien organizado y delineado con anticipación”.