Al asistir al informe presentado por ONU Mujeres, «El progreso de las mujeres en el mundo 2015-2016: Transformar las economías para realizar los derechos», Lorena Cruz Sánchez, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres señaló que el INMUJERES trabaja en la conjunción de esfuerzos a nivel local, nacional e internacional para que mujeres y hombres accedan sin discriminación a los beneficios del desarrollo, al bienestar y al progreso.
[recuadro]Las políticas dirigidas a las mujeres no deben visualizarse como paliativos para disminuir la pobreza, sino como inversiones fundamentales para el crecimiento y el desarrollo de las naciones, Lorena Cruz Sánchez, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres.[/recuadro]Afirmó que es necesario que todos los planes y las políticas nacionales y sectoriales dirigidas a lograr la igualdad sustantiva, estén costeados y dotados de recursos suficientes mediante presupuestos sensibles al género, que reflejen el cumplimiento de la agenda de género como una prioridad nacional.
La funcionaria federal refirió que el Programa Nacional para la Igualdad de Oportunidades y no Discriminación contra las Mujeres, PROIGUALDAD, es la hoja de ruta y guía para incorporar en la planeación y la programación nacional las necesidades de la institucionalización de la perspectiva de género y agregó «Un México incluyente requiere que las mujeres participen tanto en la esfera pública como en la privada, lo que debe fortalecer la convicción de establecer las sinergias indispensables para hacer de la igualdad entre mujeres y hombres una realidad«.
Finalmente, expresó su reconocimiento a todas las personas que participaron en la investigación que hoy se presentó y que se traduce en la publicación de este Informe Insignia.
Este trabajo de ONU Mujeres marca una ruta y resalta prioridades en la agenda de género Post 2015 que, conservando el espíritu de la Cuarta Conferencia Mundial, debe ser integrada por consenso amplio.
El Informe presenta 10 recomendaciones clave para avanzar hacia una economía que asegure a las mujeres su empoderamiento y el ejercicio de sus derechos y, además, sea beneficiosa para la sociedad en su conjunto y para el desarrollo sostenible en cada país y en el mundo.