El libro «Uso del tiempo y trabajo no remunerado en México« contiene diez investigaciones que comprueban la desigualdad de género en la realización del trabajo doméstico y de cuidado, y puntualizan aspectos e indicadores que deben sustentar nuevas políticas públicas, especialmente ahora que la crisis del cuidado se agudiza por el cambio en los patrones demográficos y epidemiológicos, que provocan una mayor demanda de cuidados.
El tiempo que se dedica a las diversas actividades no remuneradas y remuneradas por parte de hombres y mujeres de diferentes grupos sociales permite visibilizar las cargas de trabajo totales, las cuales generalmente ponen en desventaja a las mujeres. En este libro se precisan estas cargas de trabajo diferenciales en distintos contextos socioeconómicos, rurales y urbanos, en hogares indígenas y no indígenas. Además, se fundamenta un incipiente cambio generacional y sociocultural en lo que respecta a la participación de los varones en la vida reproductiva. Se aborda también una serie relevante de temáticas como la importancia económica del trabajo doméstico, la pobreza de tiempo, los sujetos innovadores en el uso del tiempo, el uso del tiempo entre la población desempleada desalentada y en las parejas de doble ingreso.La injusta distribución del uso del tiempo, basada en la división sexual del trabajo, está en el centro de las desigualdades que viven las mujeres por ser mujeres, impidiéndoles estudiar, trabajar remuneradamente e incluso, atender su salud con oportunidad.
Así lo señaló el pasado 26 de mayo de 2015, Lorena Cruz Sánchez, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres, durante la presentación del libro «Uso del tiempo y trabajo no remunerado en México«, un trabajo conjunto con el El Colegio de México y ONU Mujeres.«México es pionero en medir el trabajo y llevarlo a las cuentas satélite que se hacen en el sistema de cuentas nacionales«, subrayó Lorena Cruz Sánchez, y agregó que han transcurrido 18 años entre los compromisos en la Plataforma de Acción de Beijing y los proyectos actuales que ya incluyen la elaboración de cuentas satélite de trabajo no remunerado.
La funcionaria federal sostuvo que las mujeres no tienen por qué sacrificar sus expectativas de futuro independiente, sino que es necesario buscar estrategias que les permitan vivir una maternidad en equilibrio con sus aspiraciones personales y profesionales.
Concluyó que en el Instituto Nacional de las Mujeres existe el convencimiento de que México está a tiempo de abrir un amplio debate en torno al diseño de dos sistemas indispensables: uno de cuidados y otro para contar con un piso de seguridad social.
Ana Güezmes García, representante de ONU Mujeres en México, reconoció este trabajo e hizo votos porque la información contenida en el libro, se implemente en el diseño y aplicación de políticas públicas.
También estuvo presente María de la Paz López, Directora General de Institucionalización de la Perspectiva de Género de Inmujeres, quien impulsó este trabajo y llamó a pasar de lo que arrojo esta investigación a las políticas públicas. México ha sido un actor global en la colocación de la igualdad en la agenda social, afirmó, y subrayó que a 20 años de la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer, hoy las agendas ambiental, económica y social marchan por una misma ruta, lo cual fortalecerá todos los esfuerzos en estos temas.
Hoy sabemos que hay pobreza de tiempo y sin su estudio e inclusión en las mediciones de todos los tipos de pobreza -consideró- se pierde de vista un aspecto muy importante que requiere de atención específica.
Finalmente señaló, que el cuidado es un bien público y parte de los derechos humanos, por lo que se requiere una participación central del Estado y reflexionar sobre la dimensión simbólica del cuidado.
Esta publicación fue coordinada por Brígida García y Edith Pacheco, académicas de El Colegio de México.