Una de las frases que más nos incomoda escuchar cuando nos equivocamos es “Te lo dije”, la realidad es que así nos hayan dicho algo muchas veces, lo vamos a ignorar hasta que nuestra experiencia o la consecuencia de nuestros actos nos hagan entender y aprender la lección que nos da la vida.
[/media-credit] Lo más importante que debemos rescatar de cada tropiezo, es la oportunidad de levantarnos con más sabiduría y fuerza.
Un ejemplo claro de lo que menciono, lo vemos claramente en cualquier familia, donde a pesar de que sus miembros viven circunstancias similares su comportamiento, reacciones, miedos, debilidades, habilidades físicas, equilibrio emocional, carácter, nivel intelectual, preferencias sexuales, espiritualidad…etc, tiene variantes significativas.
La suma de todos estos elementos determinan nuestro nivel de conciencia, esta es la explicación a que aún cuando dos personas se enfrenten a una misma situación , la verán desde ángulos distintos de acuerdo a la posición en la que se encuentren por las experiencias que han vivido , así que ambos tendrán razón, porque en ese momento así perciben su realidad , por consecuencia lógica estarán totalmente convencidos de sus decisiones, piensan en ese momento que el otro no los comprende o no sabe lo que dice, aunque después se den cuenta que están equivocados, porque el resultado de sus decisiones, los obligue a ver las cosas desde otro ángulo.
Podemos concluir por tanto que así nos prevengan para no caer en un error y a pesar de las explicaciones que nos den, no van a lograr que cambiemos de opinión, porque para que tomemos acción a cerca de cualquier situación que se nos presente, es un hecho que tenemos que estar no solo decididos sino convencidos.
La diferencia entre estar decidido y estar convencido, radica desde mi punto de vista, en que en algunas ocasiones tomamos decisiones precipitadas, obligados por las circunstancias o influenciados por los demás. El estar convencido es diferente porque esto implica un acuerdo interno, una reflexión entre lo que somos y lo que conocemos del mundo a través de nuestra vida. Sin duda lo ideal es primero estar convencido y después tomar una decisión, porque esto nos va a permitir dar pasos más firmes y seguros.
Visualízate resolviendo un problema solucionándolo de diferentes formas, concéntrate deja de escuchar opiniones, la persona que más se conoce eres tú ¿Cómo me visualizo con cada una de las opciones? ¿Esto es lo espero de mí? ¿Me veo tranquilo o angustiado? ¿A pesar de todo los inconvenientes es mi mejor opción? ¿Esta opción está más cerca de mis principios y valores?¿Estoy protegiendo mi estabilidad emocional? ¿Esta decisión tiene que ver con mi bienestar en todos los sentidos?… etc.
Este sencillo ejercicio tiene como principal objetivo centrarte más en ti, y tomar decisiones lo más certeras posibles . Todas las personas somos imperfectas así que vamos a seguir cometiendo errores, es importante estar consientes de este hecho y aprender a ser más flexibles en nuestros juicios hacia nosotros y los demás, así tal vez algunas personas dejaran de sentirse “superiores”, al ver los errores de los demás y no dirán tan a la ligera: ¡te lo dije! , sino que serán más comprensivos después de todo, seguramente habrá ocasiones que estarán en el ángulo incorrecto.
La frase “si me hubieras hecho caso“ es equivalente a “te lo dije”, a pesar de que en la mayoría de los casos hay buena intensión en los demás al decirlas, en mi opinión después de los hechos no tienen mucho sentido, solo aumentan la angustia de la persona que cometió el error. Lo más importante que debemos rescatar de cada tropiezo, es la oportunidad de levantarnos con más sabiduría y fuerza.
