Uno de los aspectos más contradictorios que tenemos en general las personas, es que cuando se nos presenta la ocasión de dar un obsequio a personas que tienen un alto nivel económico, nos esforzamos por darles un detalle ostentoso tratando de quedar bien, incluso algunas personas llegan a endeudarse para ser tomadas en cuenta y curiosamente es muy probable que nuestro regalo forme parte del montón que reciben e incluso en muchas ocasiones sea a la vez obsequiado a otras personas, en contraste con las ocasiones que nos toca darle un obsequio a alguien modesto , no nos preocupamos tanto , pensamos que cualquier cosa esta bien, después de todo no es tan importante y cualquier detalle va a parecer mucho. ¿Qué bello seria actuar diferente, justo en sentido opuesto no crees? Un regalo es un presente donde mostramos lo importante como seres humanos que son las personas para nosotros y tal parece que lo que hacemos es ponerles precio esto es: Esta persona tiene un valor más alto y la otra tiene un valor más
bajo, dependiendo de su estatus económico en la mayoría de los casos. Imagínate si un día invirtieras en la persona que menos tiene en un regalo costoso, seguramente le darías una gran alegría, pero sobre todo tu regalo seria inolvidable y no del montón.
En mi experiencia he comprobado que el estatus económico de las personas no influye en su valoración hacia un regalo, sino que tiene más que ver con su grado de sensibilidad, valores y principios.
Me voy a permitir platicarles dos experiencias que tuve hace algunos años y que me motivaron a escribir esta publicación: La primera fue en una ocasión hace muchos años era yo muy jovencita, estaba yo haciendo un servicio voluntario en un hospital siquiátrico y había una muchachita de aproximadamente catorce años que no hablaba con nadie yo cada sábado me ponía a leerle cuentos, parecía que no le importaba , pero yo continuaba haciéndolo en mis espacios con ella porque también veía a otros niños , por azares del destino fue a verla su mamá estando yo ahí y menciono que el siguiente sábado era su cumpleaños . Llegó el día y recuerdo que le escribí un cuento y le lleve un broche para el cabello, metí en un sobre el cuento y cuando ella lo abrió le pregunte si quería que se lo leyera, ella movió la cabeza con un si, y empecé a leer ese cuento se trataba de ella , de lo linda y maravillosa que yo la veía atreves de la historia de una princesa , un poco antes de terminar mi turno llego su familia con un pastel , yo ya estaba a punto de irme y me empecé a despedir , cuando de pronto ante el asombro de todos se acerco y me dijo : “Quédate”, la verdad es que para mí ese momento ha sido uno de los mejores de mi vida, porque ella llevaba meses sin hablar .
La segunda fue con una persona que actualmente vive con muchas comodidades y es exitoso, en una ocasión escuche que en su infancia tuvo muchas carencias y que cuando era niño y podía comer un mazapán, se sentía muy feliz, pasaron casi dos años y me invito a festejar su cumpleaños con su familia, yo sabía que él iba a recibir regalos de todo tipo, así que no dude solo tuve que centrarme en que lo haría feliz y fui a comparar una caja de mazapanes, me sorprendí un poco cuando vi que no era una reunión tan concurrida como las anteriores, él menciono que en esta ocasión solo quería tener cerca a personas muy especiales para él, eso me hizo sentir muy bien , así que ante esa intimidad empezó a abrir los regalos, el que yo lleve por alguna razón quedo al final, con honestidad los regalos que iba abriendo eran muy bonitos, algunos incluso caros, sin embargo cuando llego el que yo le obsequie se llenaron sus ojos de lágrimas, ni siquiera lo termino de abrir y me abrazo, me dijo que era uno de los mejores regalos que le habían dado en su vida.
Estas dos experiencias más que ser un regalo para otro han sido un regalo bendecido para mi, te invito a generar en tu vida estos momentos, créeme que vale la pena.