Una investigación realizada en la Universidad de Baylor comparó los patrones de sueño de los participantes que tardaron 5 minutos en escribir las tareas que tendrían que realizar en comparación con los participantes que hicieron una crónica de las actividades completadas.
[/media-credit] Un estudio sugiere que hacer una lista de pendientes puede ayudar a conciliar el sueño.
«Vivimos en una cultura 24/7 en la que nuestras listas de tareas parecen estar en constante crecimiento y nos hace preocuparnos por las tareas pendientes al acostarse«, dijo el autor principal Michael K. Scullin, Ph.D., director de Baylor’s Sleep Neuroscience and Cognition Laboratory y profesor asistente de psicología y neurociencia. «La mayoría de la gente simplemente revisa sus listas de pendientes por hacer en sus cabezas, y por eso queríamos explorar si el hecho de escribirlas podría contrarrestar las dificultades de la noche para conciliar el sueño«.
Alrededor del 40% de los adultos estadounidenses reportan dificultad para conciliar el sueño al menos unas pocas veces al mes, según la National Sleep Foundation.
El estudio de 57 estudiantes universitarios, realizado en Baylor’s Sleep Neuroscience and Cognition Laboratory, fue publicado en el Journal of Experimental Psychology de la American Psychological Association (Asociación Americana de Psicología).
«Hay dos escuelas de pensamiento al respecto«, dijo Scullin. «Una es que escribir sobre el futuro llevaría a una mayor preocupación por las tareas pendientes y a retrasar el sueño, mientras que escribir un diario sobre actividades completadas no debería generar preocupación«.
«La hipótesis alternativa es que escribir una lista de cosas por hacer» descargará «esos pensamientos y reducirá la preocupación«, dijo.
Aunque existe evidencia anecdótica de que escribir una lista para dormir puede ayudar a uno a conciliar el sueño, el estudio de Baylor usó polisomnografía -estudio del sueño- durante la noche, el «estándar de oro» para la medición del sueño, dijo Scullin. Con ese método, los investigadores monitorean la actividad eléctrica del cerebro usando electrodos.
Los participantes se quedaron en el laboratorio una noche de la semana para evitar los efectos del fin de semana a la hora de dormir y porque en una noche entre semana, probablemente tenían tareas pendientes para hacer al día siguiente, dijo Scullin. Se dividieron en 2 grupos seleccionados al azar y se les asignaron tareas de escritura de 5 minutos antes de retirarse.
- A un grupo se le pidió que anotara todo lo que necesitaban recordar para hacer al día siguiente o durante los siguientes días
- El otro para escribir sobre tareas completadas durante los días anteriores.
Los estudiantes recibieron instrucciones de que podían acostarse a las 10:30 p.m., y «los tuvimos en un ambiente controlado«, dijo Scullin. «Restringimos absolutamente cualquier tecnología, tarea, etc. Simplemente se apagaron después de que se metieron en la cama«.
Scullin notó que, si bien el tamaño de la muestra era apropiado para un estudio de polisomnografía experimental basado en laboratorio, un estudio futuro más amplio sería valioso.
«Las medidas de la personalidad, la ansiedad y la depresión podrían moderar los efectos de la escritura al quedarse dormido, y eso podría explorarse en una investigación con una muestra más grande«, dijo. «Reclutamos a adultos jóvenes sanos, por lo que no sabemos si nuestros hallazgos se generalizarían a los pacientes con insomnio, aunque se han sugerido previamente algunas actividades de escritura para beneficiar a dichos pacientes«.
