El pasado 24 de mayo de 2018 continuaron las sesiones de trabajo en Ginebra en el marco de las 71 Asamblea Mundial de la Salud en donde los delegados trabajaron en los temas de: enfermedades no transmisibles; poliomielitis, tuberculosis y cólera.
Enfermedades no transmisibles
Los delegados a la Asamblea Mundial de la Salud pidieron que se intensificara la acción en la lucha mundial contra las enfermedades no transmisibles (ENT) y, en particular, convocan a que los Jefes de Estado y de Gobierno participen en la tercera Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la Prevención y el Control de las ENT, que se celebrará el 27 de septiembre de 2018.
- diabetes
- enfermedades respiratorias crónicas
Y a promover la salud mental y el bienestar. Cada año mueren 15 millones de personas de entre 30 y 70 años a causa de una ENT, y los niveles actuales de disminución del riesgo de muerte prematura por ENT son insuficientes para alcanzar la meta de los ODS relativa a las ENT.
La Asamblea reconoció que se necesita un mayor liderazgo político para acelerar la prevención y el control de las ENT, por ejemplo mediante la aplicación de «intervenciones ventajosas» que sean costoeficaces y viables y otras intervenciones recomendadas para prevenir y controlar las ENT. Estas medidas incluyen acciones para reducir los principales factores que aumentan el riesgo de enfermedad, a saber:
- consumo de tabaco
- inactividad física
- consumo nocivo de alcohol
- dietas poco saludables
- contaminación atmosférica
Los sistemas de salud deben fortalecerse mediante la adopción de medidas eficaces que permitan detectar mejor a las personas en riesgo de sufrir ENT y ofrecer farmacoterapia y servicios para reducir las muertes por:
- infarto de miocardio,
- accidente cerebrovascular
- y diabetes.
La prevención y atención clínica de los trastornos mentales también requieren medidas urgentes.
Transición relativa a la poliomielitis
Los delegados examinaron el 24 de mayo de 2018 el plan de acción estratégico quinquenal de la OMS sobre la transición de la poliomielitis diseñado para fortalecer los sistemas de salud de los países afectados por la reducción y posterior clausura de la Iniciativa de Erradicación Mundial de la Poliomielitis. El plan estratégico se basó en las prioridades de los planes de transición de los gobiernos nacionales y se elaboró en estrecha colaboración con las oficinas regionales y de país de la OMS. La aplicación del plan requerirá la coordinación con todos los asociados nacionales y mundiales. El plan sirve de complemento para los argumentos en favor de la viabilidad de las actividades de inmunización en África con miras a fortalecer los sistemas de inmunización en el continente africano, así como para los importantes progresos realizados en la integración de las funciones relativas a la poliomielitis en la Región de Asia Sudoriental.
La estrategia apoya la apropiación nacional de las funciones esenciales relativas a la poliomielitis, como la vigilancia, las redes de laboratorios y algunas infraestructuras básicas que se necesitan para:
- Mantener un mundo libre de poliomielitis después de la erradicación de los poliovirus;
- Fortalecer los sistemas de inmunización, incluida la vigilancia de las enfermedades prevenibles mediante vacunación;
- Fortalecer la capacidad de preparación, detección y respuesta ante situaciones de emergencia para garantizar la plena aplicación del Reglamento Sanitario Internacional.
La OMS se compromete a seguir prestando asistencia técnica y apoyo en materia de movilización de recursos a los países en transición.
Los delegados señalaron la importancia de integrar las funciones esenciales relativas a la poliomielitis en los sistemas nacionales de salud. Propusieron que este plan fuera un «documento vivo» y se revisara sobre la base de la elaboración del presupuesto por programas para 2020-2021, y pidieron que se presentara un informe actualizado a la 144.ª Reunión del Consejo Ejecutivo y a la 72.ª Asamblea Mundial de la Salud.
Tuberculosis
Los delegados acordaron una resolución en la que se convoca al Director General de la OMS, a los Estados Miembros y a los asociados a apoyar la preparación para la Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el fin de la tuberculosis que se celebrará en septiembre de este año.
En la resolución, los Estados Miembros también se comprometen a acelerar la adopción de medidas para poner fin a la tuberculosis, basándose en los compromisos dimanantes de la Conferencia Ministerial Mundial de la OMS sobre el fin de la tuberculosis, celebrada en Moscú en noviembre de 2017. Asimismo, en ella se acogen con satisfacción los esfuerzos de la OMS por elaborar un marco multisectorial de rendición de cuentas para poner fin a la tuberculosis, y se pide a la Secretaría que articule una nueva estrategia mundial para la investigación y la innovación en el ámbito de la tuberculosis y apoye los próximos pasos en su formulación y uso.
Los esfuerzos actuales por ejecutar la Estrategia Fin a la Tuberculosis aprobada por la Asamblea Mundial de la Salud y por cumplir la meta de los ODS de poner fin a la tuberculosis se están quedando cortos. La tuberculosis provocó 1,7 millones de muertes en 2016 en todo el mundo, de las que 0.4 millones fueron de personas con VIH. La tuberculosis sigue siendo la enfermedad infecciosa más letal en todo mundo y una de las 10 principales causas de muerte a nivel mundial. Se espera que la reunión de septiembre dé lugar a una renovación del compromiso político de alto nivel para acelerar las medidas encaminadas a poner fin a la tuberculosis.
Cólera
Los delegados aprobaron una resolución en la que se insta a los países afectados por el cólera a aplicar una hoja de ruta que tiene como objetivo reducir las muertes por la enfermedad en un 90% para 2030. En la resolución también se convoca a la OMS a:
- Aumentar su capacidad para apoyar a los países que luchan contra la enfermedad;
- A fortalecer la vigilancia y la notificación de los casos de cólera;
- A reforzar su liderazgo y coordinación de los esfuerzos mundiales de prevención y control.
Se calcula que el cólera mata a 95 mil personas y afecta a 2.9 millones más cada año. Afecta desproporcionadamente a las comunidades aquejadas por conflictos, la falta de infraestructuras, sistemas sanitarios deficientes y la malnutrición. Más de 2 mil millones de personas en todo el mundo siguen sin tener acceso al agua potable y corren el riesgo potencial de contraer la enfermedad.
El año pasado, el Grupo Especial Mundial de Lucha contra el Cólera presentó la estrategia: Ending Cholera: A Global Roadmap to 2030, en la que se subraya la necesidad de un enfoque coordinado para combatir la enfermedad y de una planificación a nivel de los países para la detección y la respuesta tempranas a los brotes, así como intervenciones preventivas a largo plazo en materia de agua, saneamiento e higiene.