Si tu vida laboral y personal no tiene equilibrio, es probable que tu nivel de estrés esté por las nubes.
Hace mucho tiempo, los límites entre el trabajo y la vida personal eran claros. Hoy, sin embargo, es probable que tu trabajo invada tu vida personal, y como sabemos, mantener un equilibrio entre el trabajo y la vida personal no es tarea sencilla.
Esto podría ser especialmente cierto si estás preocupada por perder tu empleo por reestructuraciones, despidos u otros factores. La tecnología que permite la constante conexión con el trabajo puede reducir el tiempo en casa.
El equilibrio entre trabajo y vida personal puede ser en especial difícil para los padres de familia de niños pequeños. En Estados Unidos, casi el 60 por ciento de empleadas que son madres por primera vez regresan a trabajar dentro de las 12 semanas posteriores al parto.
Aun así, el balance entre trabajo y vida personal no está fuera de tu alcance. Comienza por evaluar tu relación con tu empleo. Luego aplica estrategias específicas que te ayuden a encontrar un equilibrio más saludable.
¿Casada con tu trabajo? Considera el costo
Puede ser tentador acumular horas de trabajo, en especial si estás tratando de obtener una promoción o manejas mayor carga de labores o si, simplemente, apenas puedes mantenerte a flote. Pero si pasas la mayor parte de tu tiempo trabajando, tu vida personal se verá afectada.
Ten en cuenta las consecuencias de la falta de equilibrio en ambas esferas de tu vida:
- Fatiga. Cuando estás cansada, puede verse afectada tu capacidad para trabajar en forma productiva y pensar con claridad — lo que a su vez puede causar estragos en tu reputación profesional o dar lugar a errores peligrosos o costosos.
- Mala salud. El estrés se asocia con efectos adversos sobre el sistema inmunológico, y puede empeorar los síntomas que experimentes por cualquier trastorno de salud. El estrés también te pone en riesgo de abuso de sustancias.
- No pasas tiempo con los amigos y seres queridos. Si estás trabajando demasiado, puede que te pierdas eventos familiares importantes o extraordinarios. Esto puede hacer que te sientas excluida y podría dañar las relaciones con tus seres queridos. También es difícil cultivar amistades si siempre estás trabajando.
- Aumento de las expectativas. Si trabajas horas extras regularmente, es posible que te den más responsabilidades lo que podría llevar a preocupaciones y desafíos adicionales.
Logra un mayor equilibrio entre el trabajo y la vida personal
Mientras trabajas, tal vez será un desafío permanente hacer malabarismos entre las exigencias profesionales y tu vida personal. Pero si puedes aprender a establecer límites como a cuidarte a ti misma, podrás lograr el equilibrio entre el trabajo y la vida personal que sea mejor para ti:
Establece límites
No se puede fabricar tiempo. Si no estableces límites, entonces el trabajo u otras obligaciones pueden dejarte sin tiempo para las actividades y relaciones que disfrutas.
Considera estas ideas:
- Lleva un registro de tu tiempo. Presta atención a tus tareas cotidianas, tanto las actividades relacionadas con el trabajo como las personales. Decide qué es necesario y lo que más te satisface.
- Administra tu tiempo. Evita o delega las actividades que no disfrutes o no puedas hacer; o comparte tus preocupaciones y posibles soluciones con tu jefe o con otros. Organiza las tareas del hogar de manera eficiente, como hacer mandados en partes o lavar ropa todos los días; no guardar toda la ropa para tu día libre. Atiende lo que sea urgente hacer y deja lo demás de lado.
- Haz una lista. Marca los eventos familiares en un calendario semanal, y mantén una lista diaria de tareas en el hogar y en el trabajo. Tener un plan te ayuda a mantener tu enfoque. Cuando no tienes un plan, es fácil dejarte atrapar por los planes y prioridades de los demás.
- Aprende a decir no. Ya se trate de un compañero de trabajo que te pide encabezar un proyecto extra o el maestro de tu hijo que te solicita organizar una fiesta en clases, recuerda que está bien decir respetuosamente no. Cuando dejes de aceptar tareas por culpabilidad o por un falso sentido de obligación, tendrás más tiempo para actividades que te sean significativas.
- Deja el trabajo en el trabajo. Con la tecnología para conectar a cualquier persona en cualquier momento desde prácticamente cualquier lugar, puede ya no haber una separación entre el trabajo y el hogar a menos que tú la establezcas. Toma una decisión consciente para separar el tiempo de trabajo del personal.
- Reduce el acceso al correo electrónico. No revises tu correo electrónico más de tres veces al día — cerca del mediodía; a media tarde y antes de anochecer. Si lo primero que haces en la mañana es acceder a tu correo electrónico, tiendes a enfocarte y a responder a los problemas de otras personas en lugar de ser proactivo acerca de tus propias necesidades.
- Aprovecha tus opciones. Pregúntale a tu jefe acerca de horarios flexibles; semana laboral comprimida; trabajo compartido; trabajo a distancia u otra flexibilidad de programación. Cuanto más control tengas sobre tu tiempo, menos estrés sufrirás.
- Trata de acortar los compromisos y minimizar las interrupciones. El nivel máximo de concentración de la mayoría de las personas es de no más 90 minutos. Después de eso, la capacidad de retener información disminuye drásticamente. Si te interrumpen durante una labor, necesitas el doble o triple del tiempo que dura la interrupción para recuperar la concentración total en tu tarea.
Cuidarte a ti misma
Un estilo de vida saludable es esencial para hacer frente al estrés y lograr el equilibrio entre trabajo y vida. Intenta:
- Comer una dieta saludable. La dieta mediterránea, que hace hincapié en las frutas y verduras frescas y proteínas magras, mejora la capacidad de retener el conocimiento, así como el vigor y el bienestar.
- Dormir lo suficiente. La falta de sueño aumenta el estrés. También es importante evitar el uso de dispositivos electrónicos personales, como tabletas, justo antes de la hora de dormir. La luz azul emitida por estos dispositivos disminuye tu nivel de melatonina, la hormona asociada con el sueño.
- Tomarte un tiempo para divertirte y relajarte. Dedica tiempo cada día para una actividad que disfrutes, como la práctica del yoga o leer. Mejor aún, descubre las actividades que puedes realizar con tu pareja, familia o amigos, como senderismo, bailar o tomar clases de cocina.
- Trabajar como voluntario. Es importante no sobre-programarte a ti mismo. Pero la investigación indica que el voluntariado puede contribuir a un mayor sentido de equilibrio entre el trabajo y la vida personal. El voluntariado selectivo podría reducir tus niveles de agotamiento y de estrés y aumentar tu bienestar social y emocional.
- Fortalece tu sistema de respaldo. En el trabajo, une fuerzas con tus compañeros que pueden hacer tu trabajo, y viceversa, cuando surgen conflictos familiares. En casa, cuenta con amigos de confianza y seres queridos que te auxilien con el cuidado de niños o de las responsabilidades del hogar cuando necesites trabajar horas extras o viajar.
Cuándo buscar ayuda profesional
Todos necesitamos ayuda de vez en cuando. Si sientes que tu vida se ha vuelto demasiado caótica para manejarla y que te esfuerzas sin resultados, habla con un profesional como un terapeuta u otro profesional de salud mental. Si tu empresa ofrece un programa de asistencia al empleado, aprovecha los servicios disponibles.
Recuerda, no es tarea sencilla lograr un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal. Crear este equilibrio es un proceso continuo al cambiar tu familia, tus intereses y tu vida laboral. Examina periódicamente tus prioridades y haz cambios si es necesario para asegurarte de mantener el rumbo.
Con información de Mayo Clinic.