noviembre 24, 2024

Narcisismo

Psicólogo Eduardo Distel
Psicólogo Eduardo Distel
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Satisfacción de necesidades

Para comprender el concepto “narcisismo” y su uso es necesario remontarnos a sus raíces y analizar un poco lo que se denomina el “Mito de Narciso”. El mito, a pesar de sus múltiples interpretaciones, siempre hace referencia a la historia de un bello muchacho que, incapacitado de amar a otro y de comprender los sentimientos que despierta en las demás personas, finaliza por enamorarse de él mismo; es decir, se enamora de su propia imagen, hasta lograr que ese fuerte amor que siente lo consuma, dejando atrás cualquier recuerdo de un mundo que no le muestre su imagen.

Así comienza el estudio del narcisismo en el ser humano. Hace muchos años Sigmund Freud, uniendo algunas de las ideas anteriormente mencionadas, llegó a la conclusión de que existen dos tipos de narcisismo que forman parte de nuestro desarrollo como seres humanos. Se trata del Narcisismo primario y el Narcisismo secundario. En cuanto al primero, al momento de nacer, el bebé no distingue entre los objetos que lo rodean, por lo que dirige todas sus energías a la satisfacción de sus necesidades. Es entonces cuando comprendemos el narcisismo secundario como el momento en el que el pequeño comprende la existencia y diferenciación de todo lo que le rodea, llevándolo a interactuar con su mundo, logrando comprender que él no es el único y que todo lo que le rodea es necesario para poder vivir.

La existencia del narcisismo, como parte fundamental en el desarrollo del ser humano, es necesaria para que logremos ser y tener un cierto grado de amor por nosotros mismos; amor que nos ayudará a vivir de manera plena. Sin embargo, este uso del amor nos puede llevar a niveles que interfieren con nuestra cotidianeidad. El exceso, como en todos los ámbitos de la vida, provoca una serie de complicaciones, y el narcisismo no es la excepción. Aquellas personas que se obsesionan por el cumplimiento de su propio ideal de belleza, tanto física como interna, tienen, en el fondo, un fuerte miedo de no agradar a los demás.

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Las personas de su entorno que sirven de espejo para conocerse son los que le muestran y le “aplauden” sus conductas. Por lo tanto, el narcisismo y la autoestima son dos conceptos que se encuentran fuertemente relacionados. No obstante, no hay que caer en el error de imaginarnos a una persona narcisista como una persona con una autoestima saludable, aunque así quiera mostrarse, sino todo lo contrario, el narcisista tiene una preocupación excesiva en hacer las cosas bien, lucir bien, etc. Su autoestima es sumamente baja y necesita de la aprobación de los demás para continuar con su vida.

En este sentido, es importante aclarar que todos sentimos en algún momento un cierto miedo de no agradar a los demás; es completamente normal para cualquier persona preocuparse por su propia autoestima y querer hacer las cosas lo mejor posible, el problema llega cuando el exceso es más que notorio. Ahora bien, esta preocupación y baja autoestima, clásica en personalidades narcisistas, viene de la mano de una gran incapacidad de amar y de tener relaciones personales íntimas; ya que la persona narcisista deposita todas sus energías sobre su ella misma, intentando ser el mejor y el que más brille, al igual que Narciso el cual nunca logró comprender el mundo, solamente su imagen que fue lo único que logró captar su interés.

Finalmente, es importante diferenciar el narcisismo del egoísmo, ya que, aunque ambos pueden llegar a ser similares, cuando se trata de narcisismo, el narcisista utiliza a las personas para que le reafirmen lo increíble que es. Por otro lado, el perfil del egoísta va más ligado a que las cosas le pertenecen, mostrando envidia ante lo que no se tiene, y una fuerte sensación de pertenencia respecto a lo que no se quiere dar.

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