Una nueva investigación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), informa que el uso de cesáreas continúa aumentando a nivel mundial, y ahora representa más de 1 de cada 5 (21%) de todos los partos. Se espera que este número continúe aumentando durante la próxima década; y es probable que casi un tercio (29%) de todos los nacimientos se produzcan por cesárea para 2030.
En el informe «Trends and projections of caesarean section rates: global and regional estimates«[1] se expone que si bien una cesárea puede ser una cirugía esencial y que salve vidas; puede poner a las mujeres y los bebés en un riesgo innecesario de problemas de salud a corto y largo plazo si se realiza cuando no existe una necesidad médica.
“Las cesáreas son absolutamente fundamentales para salvar vidas en situaciones en las que los partos vaginales plantearían riesgos, por lo que todos los sistemas de salud deben garantizar el acceso oportuno para todas las mujeres cuando sea necesario”, afirmo Dr. Ian Askew, Director del Departamento de Salud e Investigación Sexual y Reproductiva de la OMS y el programa conjunto de las Naciones Unidas, HRP [1]. “Pero no todas las cesáreas que se realizan en este momento son necesarias por motivos médicos. Los procedimientos quirúrgicos innecesarios pueden ser perjudiciales, tanto para la mujer como para su bebé”.
Las cesáreas pueden ser esenciales en situaciones como:
- parto prolongado u obstruido
- sufrimiento fetal
- porque el bebé se presenta en una posición anormal
Sin embargo, como ocurre con todas las cirugías, pueden tener riesgos. Estos incluyen:
- Posibilidad de sangrado abundante o infección
- Tiempos de recuperación más lentos después del parto
- Retrasos en el establecimiento de la lactancia materna y el contacto piel con piel
- Una mayor probabilidad de complicaciones en futuros embarazos
Las tasas de cesárea aumentan a nivel mundial, aunque de manera desigual, y se prevé que los aumentos continúen
Existen importantes discrepancias en el acceso de una mujer a las cesáreas, según el lugar del mundo en el que viva. En los países menos desarrollados, alrededor del 8% de las mujeres dieron a luz por cesárea y solo el 5% en África subsahariana. Esto indica una preocupante falta de acceso a esta cirugía que les salvó la vida.
Por el contrario, en América Latina y el Caribe, las tasas llegan a 4 de cada 10 (43%) de todos los nacimientos. Las cesáreas superan en número a los partos vaginales en 5 países:
- República Dominicana
- Brasil
- Chipre
- Egipto
- Turquía
Tasas estimadas para 2030
Las tasas de cesáreas en todo el mundo han aumentado de alrededor del 7% en 1990 al 21% en la actualidad, y se prevé que continúen aumentando durante esta década. Si esta tendencia continúa, la investigación sugiere que para 2030 es probable que las tasas se encuentren en:
- Asia Oriental, 63%
- América Latina y el Caribe, 54%
- Asia Occidental,50%
- África del Norte,48%
- Sur de Europa,47%
- Australia y Nueva Zelanda,45%
Se necesita atención de calidad centrada en la mujer para abordar el uso elevado de cesáreas
Las causas del uso de una cesárea alta varían ampliamente entre y dentro de los países. Los impulsores incluyen:
- políticas y financiamiento del sector de la salud
- normas culturales
- percepciones y prácticas
- tasas de nacimientos prematuros
- calidad de la atención médica
En lugar de recomendar una meta con tasas específicas, la OMS subraya la importancia de centrarse en las necesidades únicas de cada mujer durante el embarazo y el parto.
“Es importante que todas las mujeres puedan hablar con los proveedores de atención médica y ser parte de la toma de decisiones sobre su nacimiento, recibiendo información adecuada, incluidos los riesgos y beneficios. El apoyo emocional es un aspecto fundamental de la atención de calidad durante el embarazo y el parto”, dijo la Dra. Ana Pilar Betran, oficial médica de la OMS y HRP.
La OMS recomienda algunas acciones no clínicas que pueden reducir el uso médicamente innecesario de cesáreas, dentro del contexto general de una atención respetuosa y de alta calidad:
- Intervenciones educativas que involucran a las mujeres de manera activa en la planificación de su parto, como: talleres de preparación para el parto; programas de relajación y apoyo psicosocial, cuando lo deseen, para quienes tienen miedo al dolor o la ansiedad. La implementación de estas iniciativas debe incluir un seguimiento y una evaluación continuos.
- Uso de guías clínicas basadas en evidencia, realizando auditorías periódicas de las prácticas de cesárea en los establecimientos de salud y proporcionando retroalimentación oportuna a los profesionales de la salud sobre los hallazgos.
- Tener como requisito una segunda opinión médica para la decisión de una cesárea en entornos donde esto sea posible.
- Con el único propósito de reducir las cesáreas, algunos países han puesto a prueba algunas intervenciones, pero se requiere de una investigación más rigurosa:
- Un modelo de atención colaborativo de obstetricia y obstetricia, en el cual la atención es brindada principalmente por parteras, con el respaldo de un obstetra dedicado las 24 horas.
- Estrategias financieras que igualen las tarifas cobradas por partos vaginales y cesáreas.