Por doctora Karina Eichner*.
¿Te has preguntado como se formó nuestro carácter y personalidad? ¿Qué influyó para que nuestro comportamiento sea de cierta manera?
Todo se forja desde la infancia y entrar en contacto con tu niño interior te ayudará a comprender tus conflictos internos y deshacerte de los bloqueos inconscientes que afectan a tu adulto funcional. Te comparto algunas recomendaciones para sanar tu niño interno y llegar a ser un adulto exitoso.
Libera tu creatividad
La mayoría de adultos tiene la creencia que la creatividad es cosa de niños, sin embargo, las personas con mayor éxito son las que innovan, reinventan y llevan su imaginación al limite, por ello, es fundamental mantener a nuestro niño interno sano y cuidado para que nos llene de espontaneidad, sorpresa, de una actitud divertida y lúdica que permee nuestra vida adulta.
Permite que tus pensamientos salgan de la caja para evitar que todo parezca repetitivo, acartonado y cansado, date la oportunidad de liberar el estrés y confía en tu niño interior.
Suelta el pasado
Para que tu niño interior esté sano es primordial sanar las heridas del pasado, deshacerte de los resentimientos y perdonar. Suena tarea difícil pero es cuestión de tiempo y esfuerzo para liberar todas esas ataduras que repercuten en tu día a día, es tu momento para romper las cadenas y dejar de lado todas aquellas actitudes que influyen en tu actualidad. Una vez que sientas la liberación, vivirás relajado, con energía y soltura para la vida adulta.
Expresa tus sentimientos
Algunos de nosotros crecimos con la frase “no llores, ya eres un niño grande” y aunque podría ser algo inofensivo, fue un parteaguas para nuestro desarrollo emocional reprimiendo los sentimientos.
Lo mismo pasa en nuestro mundo interno, si este está interpretando la realidad directamente puede ser que la persona cometa un error en el trabajo y la experiencia interna sea de fracaso total porque hizo algo mal. No lo decimos al mundo, puede que tengamos una máscara de que “no pasa nada”, pero lo sentimos adentro y eso nos estresa.
Desde la parte adulta madura estamos todo el tiempo poniendo las cosas en perspectiva para que la realidad no nos agobie y podamos llevar las responsabilidades de la vida de manera que también disfrutemos, aunque estemos trabajando.
Un mismo problema puede ser interpretado como estresante desde la parte infantil o como retador desde la parte adulta, parece sutil la diferencia entre las palabras, pero en realidad hace la toda diferencia entre vivir acumulando estrés o vivir estresado, ya que de eso depende nuestra salud y bienestar. Por ello, es importante que expreses tu sentir al momento para evitar toda atadura que pueda repercutir en tu vida adulta.
Karina Eichner es doctora en psicoterapia clínica de adultos y pareja.