El placer sexual ha estado vinculado en diferentes culturas, incluso a un nivel místico y de reconexión espiritual, por eso no sorprende que los juguetes eróticos también tengan sus siglos de antigüedad, aunque por supuesto no tenían esta definición.
En el 2005, en el yacimiento de Hohle Fels, Alemania, se encontró el dildo más antiguo del mundo que data de la era paleolítica: mide 20 cm de largo, 3 cm de ancho y tiene relieves tallados. Han pasado 28 mil años desde su creación.
Pero en muchas culturas se usaron y eran creados con materiales como piedra, cuero, cera y madera. ¿Por qué nos asustaría usarlos si ahora ya vienen hasta en colores, distintas formas y de silicón blandito?, es por ello, que además, el 4 de noviembre se conmemora el día internacional del Juguete sexual y se les celebra sin miedo ni pena, en pro de una vida sexual sana.
Sí, los juguetes sexuales han evolucionado pero siguen teniendo el mismo fin: otorgar placer a las personas, ya sea solos o en compañía. La transformación de los juguetes favoritos de los adultos tiene muchos vértices, y su creación y desarrollo son temas muy importantes.
Y para juguetes, hay que decir que no todo son dildos, los hay de todos los tamaños, colores, formas y objetivos, es lo que nos dicen los expertos de Platanomelón, organización que promueve el placer sexual, quienes te invitan a realizar un test que te dirá cuál es tu juguete ideal aquí.
Ahora sí, vamos a desmenuzarlos:
Dildos
Es un objeto que generalmente tiene forma fálica y no vibra (o vibraba en la antigüedad), las distintas formas también dependen de su uso, ya sea para penetración vaginal, anal o bucal.
Algunos de ellos se colocan en arneses para penetrar a otra persona, o hay otros que tienen ventosa para jugar en el baño o en algún sitio con superficie que sirva para sujetarlo.
Vibradores
Como su nombre lo dice, estos juguetes sobresalen porque sus vibraciones son su punto estratégico, los hay para estimulación externa, como los clitoriales, e interna, como los de penetración vaginal.
Estos juguetes usan un pequeño motor eléctrico de rotación con un objeto contrapuesto en el eje central para que las vibraciones entre ellos lleguen a lo más recóndito del placer. Los hay para principiantes y para avanzados, dependerá de qué se te antoje experimentar.
Conejitos
Aunque entra en la categoría de vibrador, merece su propia mención ya que hay distintos modelos que se han desarrollado con el paso de los años y viendo por las necesidades de las mujeres y personas con vulva: su gran característica es que las “orejitas” estimulan el clítoris mientras que el cuerpo del juguete hace lo suyo con la vagina y la zona G.
Succionador de clítoris
Centra su poder en el clítoris para tener orgasmos más explosivos, ha revolucionado el placer en esta zona y se ha convertido en el favorito de muchas; existen con diferentes funciones, por ejemplo, hay los que tienen diferentes niveles de succión que estimulan el clítoris por fuera y por dentro y profundamente.
Para la tecnología de succión también se usa un motor de rotación y se le añade una leva en sentido perpendicular al eje de rotación, así, la leva se mueve hacia delante y hacia atrás generando ondas de presión absorbente sobre el clítoris.
Juguetes para pene
Lejos del mito que sólo las mujeres o personas con vulva usan y quieren juguetes, los hombres y personas con pene merecen ser consentidos con masturbadores, que pueden ser manuales, con distintas texturas y de un solo uso, o más tecnológicos, recargables y con vibraciones de distintas intensidades.
Juguetes anales
Los plugs ayudan a la dilatación y preparan la zona para la penetración, aunque también pueden ser sólo un accesorio sensual gracias a la variedad de diseños; también existen fundas anales para dedos que sirven tanto para iniciarse en el sexo anal o disfrutar de nuevas sensaciones gracias a sus diferentes texturas.
Por otro lado, las bolas tailandesas de distintos tamaños en una cadena también son ideales para iniciarse en el sexo anal; hay modelos ergonómicos que se adaptan al cuerpo.
Finalmente, los estimuladores prostáticos, o del punto P, dan estimulación anal, de la próstata y del perineo, una zona erógena olvidada y que pocas personas conocen, y que llevan a niveles de placer incomparables.