Factores de riesgo:
• La edad. A partir de los 40 años, y sobre todo después de 65,
• Antecedentes heredo-familiares,
• Ser de raza negra (La asiática es la menos afectada),
• Tener hiperplasia prostática benigna,
• Alimentación alta en grasas animales.
Síntomas:
• Dificultad para orinar, en específico para iniciar o detener la orina,
• Orinar frecuentemente,
• Flujo de orina débil (Se corta el flujo de orina),
• Dolor o ardor al orinar,
• Sangre en orina o semen,
• Disfunción eréctil,
• dolor intenso en espalda, cadera o pelvis,
• eyaculación dolorosa.
“Existen varias pruebas para detectarla a tiempo, entre ellas está el Antígeno Prostático Especifico que se encuentra en sangre, el tacto rectal en donde se palpa la próstata por vía rectal, ecografía transrectal, en donde se inserta por el recto una sonda para examinar la próstata, biopsia donde se toma la muestra del tejido de la próstata”, explica el Dr. Alfonso De Silva Gutiérrez, Presidente de la Sociedad Mexicana de Urología (SMU), A.C.
Pero a ti mujer, ¿cómo te afecta el cáncer de próstata? Todo problema de salud afecta al núcleo familiar y sobre todo si se trata de un cáncer a cualquier nivel. Este no es la excepción, debido a los los cambios que va a provocar en la pareja de la mujer, desde el aspecto emocional hasta el económico.
El comunicador, Guillermo Ochoa, paciente con cáncer de próstata, comenta que “padecer esta enfermedad es difícil, te cambia la vida por completo; pero aprendes a valorar las cosas que tenemos en esta vida. Mi familia me apoyó en todo momento, y doy gracias a ellos por estar conmigo siempre, y sobre todo a mi Doctor que me explicó de una manera tan fácil lo que es esta enfermedad. Yo decía tener cáncer es guillotina segura”.
Vivir con una enfermedad grave, como el cáncer, no es fácil. Algunas personas pueden darse cuenta que necesitan ayuda para superar los aspectos emocionales, así como los prácticos de su enfermedad. Los pacientes se reúnen con frecuencia en grupos de apoyo, en donde pueden compartir lo que han aprendido para sobreponerse a su enfermedad y a los efectos del tratamiento.
En términos de las relaciones sexuales es importante tener una buena comunicación de pareja, hablar acerca de sus preocupaciones y ayudarse mutuamente para encontrar la forma de intimidad durante y después del tratamiento. Lo ideal, es que comenten con el médico acerca de los posibles efectos secundarios, y la posibilidad de que éstos sean temporales o permanentes.