diciembre 26, 2024

¿Qué es la Leucemia Mieloide Crónica? Más vale saber…

No existe evidencia definitiva sobre los factores externos que pueden causar la LMC.
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No existe evidencia definitiva sobre los factores externos que pueden causar la LMC.

[/media-credit] No existe evidencia definitiva sobre los factores externos que pueden causar la LMC.

La Leucemia Mieloide Crónica (LMC), es un tipo de cáncer poco frecuente que inicia en las células del hueso e invade la sangre.

Afecta en su mayoría a adultos, pero puede presentarse a cualquier edad. Sus síntomas pueden pasar desapercibidos, por tanto retrasa su diagnóstico durante varios años.

La causa de esta enfermedad es una mutación genética que no es transmitida por herencia, sino que se adquiere debido a factores externos. No existe evidencia definitiva sobre los factores externos que pueden causar la LMC.

En condiciones normales, la sangre se origina en la médula ósea (material esponjoso dentro del hueso). Cuando la médula ósea funciona correctamente, se producen glóbulos rojos y blancos, así como plaquetas, de manera regular. Las células maduran para asumir funciones especiales al circular en el torrente sanguíneo.

Debido a la LMC, las células inmaduras pueden acumularse y desplazar a las células normales, o bien, dispersarse a través del torrente sanguíneo y propagarse a los órganos para alterar su funcionamiento.

Los síntomas pueden incluir cansancio, fiebre, pérdida de peso sin razón aparente, sensación de plenitud con escasa ingesta de alimentos, pérdida del apetito, presión debajo de las costillas del lado izquierdo, palidez y sudoración excesiva al dormir.

Las complicaciones de esta enfermedad pueden incluir anemia, sangrado excesivo, hematomas, sangrado nasal o de encías, dolor de huesos y articulaciones, crecimiento del bazo, infecciones frecuentes y la hasta la muerte.

El diagnóstico de la LMC debe ser realizado por un médico especialista en hematología, experto en el estudio de la sangre y la médula ósea. Incluye un examen físico, análisis de sangre, biopsia de la médula ósea, análisis de líquido de la médula ósea y prueba citogenética para determinar la presencia del “cromosoma filadelfia

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El primer tratamiento para la LMC fue descubierto a principios del siglo XX y era un medicamento cuyo principal ingrediente activo era el arsénico. Durante la década de 1980, los pacientes fueron tratados con interferón alfa. A finales de la década de 1990, los inhibidores de la actividad tirosina cinasa revolucionaron el tratamiento de la LMC, con resultados favorables para la mayoría de los pacientes y cambiando la historia natural de la enfermedad.

Los tratamientos para la LMC buscan que el paciente tenga un conteo normal de células sanguíneas, además de desaparecer los signos y síntomas de la enfermedad.

 

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