Tres años no han sido suficientes para que el Ejecutivo pueda cumplir con la orden del Legislativo de reglamentar el uso médico de los cannabinoides derivados de la mariguana. De nada han valido los ultimátums ordenados por la Suprema Corte de Justicia (SCJN) que con todo y prórrogas fueron ignorados por el Ejecutivo, específicamente por las autoridades de Salud.
Lo que ello refleja es una indolencia absoluta y falta de sensibilidad ante tantos pacientes que están consumiendo cannabinoides para una gama cada vez más amplia de padecimientos y sin el mínimo acompañamiento médico. Todo ya parece más bien como una burla porque después de haberse prorrogado varias veces la fecha para cumplir la orden de emitir un reglamento, al final el último plazo venció en septiembre y terminó valiendo poco o nada porque el Ejecutivo una vez más no lo cumplió.
Qué valor puede tener ya la palabra del máximo poder de justicia de nuestra nación si sus órdenes se quedan sin acatar y no pasa absolutamente nada…
Lo más terrible e indignante es que en el Ejecutivo dan señales de que no se lo están tomando en serio, sino todo lo contrario. El ejemplo más claro fue lo sucedido la última semana. La Secretaría de Salud emitió un comunicado donde dio por hecho que dicho reglamento ya se había publicado. El anuncio fue difundido en la página web de la dependencia federal lo que generó gran entusiasmo entre muchos círculos -de pacientes, médicos, académicos, empresarios, abogados- que vienen esperando desde hace meses dicho ordenamiento. Y esta expectativa no sólo es nacional sino que a nivel internacional los ojos están puestos sobre lo que suceda en México en torno a cómo quede la liberación efectiva del uso médico que en otros países ya va más adelantada. Precisamente por las investigaciones que van avanzando en otros países es que en México se va extendiendo el uso medicinal.
SS publicó que ya había reglamento pero no fue cierto
En redes sociales circuló por todos lados el comunicado, corrió rápido la noticia y se estaba haciendo tendencia. Todos se preguntaban dónde estaba el documento; dónde estaba la publicación en el Diario Oficial de la Federación. ¿Porqué nadie lo encontraba? Si lo había dicho la Secretaría de Salud es porque era en serio. ¿Pero dónde estaba la publicación del reglamento?
Pues no, después de horas de indagaciones se llegó a la conclusión de que no era cierto. De que el comunicado emitido por la SS decía una mentira. No había ningún reglamento de cannabis publicado. Se sintió como una broma de muy mal gusto para toda la comunidad expectante. Al final lo único que se generó fue ampliar aún más la de por sí elevada frustración y enojo entre los círculos de pacientes, médicos e investigadores que llevan mucho tiempo atentos a este proceso excesivamente alargado.
Resulta que todo derivó de una declaración del comisionado contra las Adicciones, Gady Zabicky, que al participar en la conferencia sobre Covid habló del gran potencial medicinal de los cannabinoides y se refirió a que el reglamento ya había sido emitido. Entonces la Dirección de Comunicación Social de SS decidió publicarlo en un comunicado sin haber verificado que era cierto. Craso error que significó una profunda decepción para la extendida comunidad de cannabis medicinal.
El uso adulto sí va caminando
En el Legislativo sí está avanzando la legalización del uso lúdico, ahora llamado consumo adulto. La iniciativa ya fue aprobada en el Senado, y sólo falta la aprobación o ajuste de la Cámara de Diputados.
Pero en dicha iniciativa hicieron a un lado el uso medicinal, se concentraron en el consumo adulto como se los ordenó la Corte y la parte del uso médico la dejaron en manos del Ejecutivo. Así, no dejaron otra opción para la cannabis medicinal más que continuar por el camino de la regulación que quedó a medias desde 2017 cuando se reformó la Ley General de Salud para legalizar el aprovechamiento terapéutico, y desde entonces quedó pendiente el mencionado reglamento. La espera ya lleva 3 años. Ese proceso sufrió su primer atorón en el Gobierno de Peña Nieto quien prefirió ser omiso y no firmar el reglamento que sí elaboró Cofepris entonces a cargo de Julio Sánchez y Tépoz.
El tema fue heredado al actual gobierno que decidió mejor eliminar lo avanzado en el sexenio anterior y borrar de un plumazo los lineamientos de cannabis; de hecho el comisionado de Cofepris, José Novelo, con total desconocimiento, fue de lo primero que hizo al llegar: derogar dichos lineamientos y echar atrás las autorizaciones que ya se habían otorgado. Pero de todo ello ha derivado otro relajo porque ha habido amparos que han permitido la permanencia de productos y suplementos con cannabis, mientras que el camino para los medicinales en forma sigue obstruido.
Se sabe que el reglamento sí ha sido trabajado entre el jurídico de Cofepris junto con el área jurídica de la Secretaría de Salud que encabeza Maricela Lecuona. De hecho, hay una versión publicada en la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer) y es sabido que desde hace dos meses está en manos de la Consejería Jurídica de Presidencia que lleva Julio Scherer Ibarra, pero no se conocen las razones por las cuales no se ha publicado el documento en el Diario Oficial de la Federación.
El mercado negro sigue creciendo
No hay conteo de cuántas familias en México ya adoptaron a la cannabis como una opción terapéutica, pero seguramente son miles y cada vez más. Eso está sucediendo en todo el mundo, donde hay un boom por aprovechar los atributos terapéuticos del cannabis. Lo malo en México es que esa creciente demanda se está cubriendo principalmente en el mercado negro de aceites, pomadas y todo tipo de productos con CBD y THC. Estos cannabinoides con potencial terapéutico pueden adquirirse incluso abiertamente en internet a miles de pesos. Es una enorme oferta no regulada y sin control alguno no ha sido causa suficiente para que la autoridad sanitaria tome la batuta del asunto y ponga orden.
Justamente se requiere tener ese andamiaje regulatorio para empezar a tener registros formales y seguimiento de todos esos pacientes -niños y adultos- que vienen consumiendo cannabinoides para paliar sus padecimientos.
La lentitud en la respuesta de las autoridades de salud es exasperante. No hubo respuesta en el sexenio pasado pero tampoco en el actual gobierno que ya lleva dos años en el poder. El mensaje que la autoridad manda con todo el desorden regulatorio es como si no importara dejar a esos pacientes en la irregularidad sanitaria, y a la deriva en el cuidado de su salud[.]