El congreso, fue un espacio de diálogo, intercambio y colaboración académica, donde se exponen los resultados de investigaciones y reflexiones sobre la ética y bioética.
El paradigma de la medicina se ha modificado de manera importante. En México se ha procurado conservarla como una profesión, “pero estamos siempre bajo la amenaza de grupos que la consideran un negocio más”, afirmó el exrector de la UNAM, Octavio Rivero Serrano.
Reconoció que esta disciplina ha tenido innovaciones positivas, como la aplicación de tecnologías que muchas veces han transformado el diagnóstico y tratamiento, “pero es importante que esos adelantos no cambien la relación fundamental médico-paciente”.
Es importante revisar los problemas que acechan a esta ciencia, pues al volverse comercial se trastocan radicalmente los aspectos éticos de dicha relación, advirtió.
Al inaugurar el Congreso Internacional Ética y Bioética “Dr. Octavio Rivero Serrano”, el también profesor emérito de la Facultad de Medicina (FM) reiteró la relevancia de este encuentro, en una época en que los aspectos del ejercicio médico han variado, “y no todos para bien”.
El congreso, que se llevo a cabo hasta el 6 de noviembre, en el auditorio Gustavo Baz Prada de la Antigua Escuela de Medicina.
Germán Fajardo Dolci, director de la FM, indicó que la importancia de este encuentro, además de ser un homenaje a Rivero Serrano, es tratar y analizar, desde diferentes puntos de vista, temas que de forma cotidiana afectan a la medicina.
“Sigamos trabajando para hacer de la bioética y la ética aspectos cotidianos, y sigamos discutiendo caminos diversos ante las problemáticas que enfrentamos cada día”, remarcó.
Octavio Rivero es “uno de los grandes de la medicina mexicana y de la Universidad Nacional”, acentuó. Es difícil entender la historia reciente de UNAM, de la Facultad de Medicina y del Consejo de Salubridad General, sin la figura del exrector. “Es un orgullo y ejemplo a seguir”.
Irene Durante Montiel, secretaria general de la FM, expuso que Rivero ha logrado una trayectoria académica sobresaliente. Es un médico de profesión, y docente y humanista por vocación. Un eje esencial ha sido su ocupación por la ética, la medicina, la salud y la educación de los mexicanos, así como “su interés permanente por mantener un alto nivel de calidad en el ejercicio médico del país”.
“A los alumnos de primer ingreso les insiste que practiquen su profesión con honestidad y ética, y les señala que estudiar medicina no es para ganar dinero, sino para servir”.
Recordó que durante su rectorado en la UNAM se instauró el programa de superación académica como una forma de mejorar la calidad educativa desde los docentes, y fomentó el gusto por la cultura entre los estudiantes.
Con más de 60 años de entrega a la Universidad, es un gran maestro y ha dejado marca profunda en numerosas generaciones de estudiantes, resaltó.
En su oportunidad, Jennifer Hincapié Sánchez, coordinadora del programa institucional Ética y bioética de la FM, explicó que la validez social, científica y cultural de los problemas que son abordados en el congreso, “responde a nuestro compromiso como profesionales de la salud, académicos e investigadores, pero también como ciudadanos y seres humanos”.
El abordaje de temas como la genética, la biotecnología o las decisiones al final de la vida, reclaman observaciones y análisis que permiten visualizar los alcances de la ciencia como una herramienta para mejorar la calidad de vida, concluyó.
Asistieron a esta inauguración Paulina Rivero Weber, directora del Programa Universitario de Bioética, y Patricio Santillán, presidente del Colegio de Bioética[.]