Los emprendimientos dirigidos a la niñez requieren de un compromiso ético, al involucrarse en este segmento poblacional tan específico, debido a que va más allá de solo una correcta visión de negocios.
De acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de la Industria del Juguete (AMIJU), tan solo en 2019, el sector reportó un valor de casi 3 mil millones de pesos. Sin embargo, durante el 2020 y a partir de la pandemia por COVID-19, se presentó una importante caída del 15%. Esto derivado de factores relacionados con la innovación y las propuestas de valor para los adultos.
Wiwiurka
Marca mexicana de fabricación de juguetes y mobiliario para niños, enfocado en el desarrollo motor grueso, el juego libre y la creatividad
“Wiwiurka nació a partir del cuestionamiento «¿cómo puedo (como adulto) aportar algo a las necesidades de un desarrollo integral en los niños; al mismo tiempo que respeto sus etapas o procesos de crecimiento y a la par, los mantengo conectados con la naturaleza?». La respuesta llegó a partir de un intensivo proceso de investigación sobre nuevas pedagogías, métodos de crianza y aprendizaje»”, asegura Ana Cecilia Parra, socia fundadora de Wiwiurka.
También puntualizó su actuación como mujer emprendedora al buscar generar un beneficio a largo plazo y expresó que “los productos dedicados a la infancia necesitan enfocar esfuerzos para el desarrollo de los niños; más allá de solo diseñarlos para que sean bonitos o atractivos”.
Contexto actual
Respecto al contexto actual, la empresaria también comentó que “sin embargo, en los tiempos en que vivimos ahora, esto ya no es suficiente, también hay aspectos como la sustentabilidad y sostenibilidad de los productos que debe prevalecer en los emprendimientos y en la industria, en general”[.]