Durante la presentación de los resultados del Observatorio Ciudadano “Mi escuela saludable” del ciclo escolar 2022-2023, especialistas del Instituto Nacional de Salud Pública declararón es que en México, la regulación de la venta de alimentos y bebidas ultraprocesadas en las escuelas está contribuyendo significativamente al bienestar de la infancia.
Puntos a destacar
- Una alimentación equilibrada desde la infancia reduce el riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles como la obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares.
- Un estudio del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) indica que la regulación de alimentos de bajo valor nutricional en escuelas podría reducir significativamente el consumo de comida chatarra, mejorar la dieta, disminuir el peso corporal y la prevalencia de obesidad en niños.
- La reforma al artículo 75 de la Ley General de Educación, prohíbe la venta y publicidad de productos y bebidas de bajo valor nutricional dentro y fuera de las escuelas.
- Se hace referencia a esfuerzos en otros países para regular los ambientes alimentarios en las escuelas.
- 35% de las calorías consumidas por los niños proviene de bebidas azucaradas y botanas, contribuyendo al alto índice de sobrepeso y obesidad infantil en México.
- La disponibilidad constante de alimentos ultraprocesados está cambiando los hábitos alimenticios.
En un esfuerzo por combatir el aumento de enfermedades crónicas no transmisibles y mejorar el desarrollo integral de los niños, México ha implementado regulaciones significativas en el ambiente alimentario escolar. La Secretaría de Salud nos informa que de acuerdo a especialistas del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), estas medidas están diseñadas para promover una nutrición adecuada desde la infancia, crucial para el desarrollo físico, cognitivo y emocional de los niños.
Impacto de la regulación en la salud infantil y Mi escuela saludable
Durante la presentación de los resultados del Observatorio Ciudadano “Mi escuela saludable“ del ciclo escolar 2022-2023, se destacó cómo la implementación de políticas que limitan la venta de productos ultraprocesados y bebidas azucaradas en las escuelas. Medidas que han contribuido significativamente a la reducción del consumo de alimentos de bajo valor nutricional. Este cambio ha mostrado una disminución en la prevalencia de obesidad y otros problemas de salud relacionados.
Legislación y políticas públicas
La reforma al artículo 75 de la Ley General de Educación, aprobada en diciembre, juega un papel crucial. Esta legislación prohíbe la venta y publicidad de productos y bebidas con bajo valor nutricional dentro y fuera de las escuelas. Es un paso adelante en la creación de un entorno escolar que favorece la salud y el bienestar de los estudiantes.
Resultados y efectividad de las medidas implementadas
Los investigadores del INSP informaron que han utilizado modelos matemáticos para demostrar que estas regulaciones, en tan solo un año escolar, pueden reducir significativamente el consumo de comida chatarra. Además, se ha observado una mejora en la dieta general de los niños y una reducción en su peso corporal.
Perspectivas globales y comparativas para escuela saludable
En múltiples países se han intentado regular los ambientes alimentarios en las escuelas con medidas como la prohibición de máquinas expendedoras y la promoción del consumo de agua simple y leche. Estas acciones están alineadas con un movimiento global hacia entornos educativos más saludables.
Datos del entorno alimentario en las escuelas
En el documento “El entorno alimentario en las escuelas” se menciona que el consumo diario de 550 calorías de comida chatarra durante el horario escolar puede resultar en un aumento de más de 7 kg al año. Lo que contribuye a la creciente epidemia de obesidad infantil que representa un costo anual de 650 mil millones de pesos para el Estado.
La realidad en muchas escuelas muestra un panorama desafiante en términos de nutrición y bienestar. Los reportes recibidos revelan que la gran mayoría de las instituciones escolares venden bebidas azucaradas. Con un 98% de la venta total compuesta por comida chatarra. Además, se observa que el 75% de las escuelas permiten la venta externa de alimentos no saludables, lo cual agrava aún más la situación.
La falta de medidas preventivas es evidente. Solo un pequeño porcentaje de escuelas cuenta con un comité de vigilancia dedicado a supervisar la calidad de la alimentación ofrecida. En cuanto a las instalaciones, se constata que solo el 22% de las escuelas reportadas disponen de bebederos o dispensadores. Cifras igualmente bajas se observan en las opciones ofrecidas a los estudiantes, como cereales integrales, frutas, verduras y semillas.
Un futuro saludable comienza en Mi escuela saludable
Estos datos reflejan un entorno escolar donde la disponibilidad de comida chatarra es abrumadora, mientras que las alternativas saludables son limitadas. La falta de acceso a alimentos nutritivos y la alta presencia de productos no recomendados contribuyen a perpetuar hábitos alimenticios poco saludables entre los estudiantes. Lo que a su vez afecta su rendimiento académico y su salud a largo plazo.