La Cámara de Diputados exhortó al Poder Ejecutivo federal a suscribir los convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en particular el relativo a la Protección de la Maternidad (número 183), sobre el cumplimiento del derecho a la lactancia de las mujeres trabajadoras.
Al presentar el punto de acuerdo, considerado de urgente resolución, la diputada Érika Vanessa del Castillo Ibarra, promovente del exhorto, señaló que, si bien, la decisión de amamantar, o de no hacerlo, es exclusivamente de cada mujer, los gobiernos deben proteger, promover y apoyar este derecho.Refirió que en noviembre de 2016, los relatores especiales de las Naciones Unidas sobre el Derecho a la Alimentación, a la Salud, el Grupo de Trabajo sobre la Discriminación contra la Mujer y el Comité de los Derechos del Niño, lanzaron un llamado conjunto a las naciones para proteger a la niñez y a sus madres, así como facilitar prácticas óptimas de alimentación, tomar las medidas para promover y garantizar el amamantamiento y detener la promoción inapropiada de los sustitutos de la leche materna.
“Más de 800 mil niños podrían salvarse anualmente si los países asumieran la tarea de entender este asunto como una cuestión de Estado”, resaltó.
Detalló que algunas de las recomendaciones de las Naciones Unidas son:
- Reconocer legalmente el derecho de todas las mujeres, niñas y niños a la nutrición y a la salud;
- Proveer adecuados permisos de maternidad después del parto para facilitar la lactancia materna exclusiva;
- Horarios flexibles de trabajo para amamantar y proteger sus derechos.
La suscripción a este convenio, continuó, permitirá que nuestro país pueda armonizar su legislación sobre el derecho a la lactancia. “Además de proteger los derechos laborales de las mujeres, estamos mandando un mensaje simbólico de que esta Cámara tiene, por fin, visión de género”.
Al fijar su posicionamiento, la diputada Frida Alejandra Esparza Márquez se pronunció a favor del acuerdo y afirmó que las normas de protección a la maternidad han sido un vehículo para salvaguardar la infancia, la familia y la sociedad, pero, “escasamente para proteger a la mujer como ciudadana, instar por estas normas ha sido resistido a lo largo del siglo con argumentos que cruzan distintas épocas”.
Consideró fundamental que para proteger la lactancia, se tenga en cuenta el entorno laboral, educativo y familiar. Deben existir condiciones favorables para esta práctica en los lugares en que la madre desempeña otros roles como mujer.
La diputada Kehila Abigail Ku Escalante señaló que en 2015 la Organización Mundial de la Salud realizó la Semana Mundial de Lactancia Materna, en donde se discutieron políticas para que las mujeres pudieran amamantar en sus empleos y en la vida cotidiana. Sin embargo, a 3 años de esas discusiones todavía hay casos de mujeres que son despedidas si se embarazan, se les prohíbe amamantar en sus trabajos, se les saca de plazas, centros comerciales o aviones por amamantar en público.
Mencionó que, según datos de la UNICEF, un bebé ocupa de 3 a 10 horas para comer al día, dependiendo de su edad y si no hay esa atención puede tener problemas de desnutrición en el futuro, poniendo en riesgo su salud. Estimó que ratificar el convenio significaría la protección de las mujeres en contra de la discriminación laboral, así como defender su salud y la de sus hijos.
La diputada Maribel Martínez Ruiz dijo que la lactancia natural implica una compleja interrelación entre la madre y la niña o niño; es un proceso bidireccional con efectos físicos y emocionales en ambos, tanto en lo inmediato como a largo plazo.
Refirió que de acuerdo con investigaciones, esta práctica también tiene efectos benéficos para la salud de la madre como la disminución del riesgo de diversos cánceres como el de cuello uterino, de mama, premenopáusico, de endometrio y de ovarios, así como la artritis reumatoide y osteoporosis.
La diputada Elba Lorena Torres Díaz mencionó que el embarazo y la maternidad son épocas de particular vulnerabilidad para la mujer y sus familias y, en muchos casos, constituyen un impedimento para su desarrollo laboral óptimo. En esta etapa las mujeres requieren una especial protección para evitar daños en su salud y la de sus hijos.
Resaltó que el convenio 183 es un instrumento que representa un gran avance para la mujer; no obstante, México sigue sin firmarlo. El suscribirlo, dijo, representa una oportunidad para analizar y evaluar las acciones que ya se llevan a cabo y las que faltan por hacer.
En tanto, la diputada Laura Barrera Fortoul señaló que la lactancia materna es prioridad para las mujeres y se vincula con los derechos de las niñas y niños a una alimentación adecuada y al cuidado de la salud; además, ésta contribuye a prevenir enfermedades; por ello, es una de las principales acciones para reducir la mortalidad en menores de 5 años.
Agregó que incrementar los índices de esta práctica podría evitar la muerte del 13.8% de los menores de edad, lo que equivale a más de 823 mil decesos de infantes a nivel mundial cada año. De acuerdo con la Convención sobre los derechos de las niñas, niños y adolescentes, todos los bebés tienen derecho a una buena nutrición; sin embargo, sólo el 43% de cero a 6 meses se alimentan exclusivamente con leche materna.
La diputada Sylvia Violeta Garfias Cedillo, resaltó que si las mujeres amamantaran se reduciría la diabetes, hipertensión y obesidad que hoy en día están considerados como problemas de salud pública en el país y, además, una de las principales causas de muerte.
Actualmente, dijo, el país ocupa el último lugar en América Latina en la práctica de lactancia materna; hoy, solamente el 14.4 de las mujeres están amamantando. Las consecuencias, también son económicas, ya que cuesta aproximadamente 3 mil pesos mensuales a una familia, entre la compra de las fórmulas, la visita a los médicos y la contaminación que se genera producir las lactancias.
La diputada Rocío del Pilar Villarauz Martínez sostuvo que resulta inaceptable que el gobierno mexicano no haya suscrito la recomendación del OIT, con lo que violenta y vulnera los distintos derechos para el desarrollo profesional de las mujeres.
Consideró que es claro que para que las mujeres adquieran empoderamiento se requiere tener medidas básicas que, lejos de dificultar su acceso y permanencia en el mercado laboral, fomenten su participación. Reconoció que se han logrado avances en paridad, pero resulta urgente fomentar su participación activa en el desarrollo del país[.]