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Aunque parece tema de expertas puesto que pocas lo hacen, preparar los pezones para la lactancia es una de las cosas más importantes que se deben llevar a cabo desde el embarazo, lo cual evitará muchos dolores de cabeza innecesarios.
La lactancia es algo básico en la salud de todo niño, y también en la consolidación del vínculo que tú como mamá generas con él. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la recomienda de manera exclusiva durante los primeros 6 meses de vida. Además, ésta funciona como método natural (aunque no totalmente seguro) de control de la natalidad pues proporciona 98 por ciento de protección durante esos primeros 6 meses.
Sin embargo, “no todo es miel sobre hojuelas”. Seguramente habrás escuchado a alguna mujer expresar el dolor que siente en los pezones durante esta etapa, lo cual en mucho se debe a que no se preparan de manera adecuada durante el embarazo y la lactancia.
Por eso, la Liga Internacional de la Leche en su texto El Arte Femenino de Amamantar recomienda, durante los últimos tres meses del embarazo, lo siguiente:
- No uses jabón en los senos al bañarte porque eso resecará tu piel.
- Después del baño frota ambos pezones con una toalla esponjosa.
- Dales forma. Coloca los dedos pulgar e índice cerca de la base del pezón y oprímelo con suavidad. Sostén el pezón tíralo hacia arriba y hacia abajo, siempre cuidando no sentir dolor.
- Dales masaje.
- Aplica lubricante o crema en los pezones. Puedes usar algún aceite natural que los mantenga hidratados como el de jojoba o el de caléndula en caso de que tengas alguna lesión.
- Si puedes, no uses sostén durante una parte del día pues esto los beneficiará.
- Los besos y caricias de tu pareja también ayudarán a prepararlos.