Seguramente has escuchado sobre la centella asiática (Hydrocotyle asiatica L.), también conocida como “la hierba de la eterna juventud” o, quizá alguna vez has utilizado algún producto que la contenga en su formulación.
Pues bien, esta planta se ha convertido en un básico para el mundo cosmético, especialmente para quienes desarrollan líneas skin care para pieles con tendencia grasa o mixta.
La centella asiática se extrae de una planta que crece en un ambiente húmedo y con luz escasa y cuenta con flores en tonos rosa y blanco.
Es una planta cuyo uso cosmético tiene más de 3 mil años y es conocida como “la hierba de la eterna juventud” gracias a sus múltiples propiedades, ya que es un potente cicatrizante, calmante, hidratante, antioxidante y vasoconstrictor.
De hecho, a esta planta milenaria también se le conoce como “bálsamo del tigre” gracias a una popular leyenda donde dice que los tigres de Bengala al estar heridos se revolcaban en las hojas de esta planta para cicatrizar sus heridas.
Pero ¿por qué es considerada una maravilla cosmética?
El uso de la centella asiática tiene miles de años; antiguas civilizaciones asiáticas la utilizaban de forma terapéutica para tratar afecciones cutáneas como psoriasis, quemaduras, heridas, entre otros.
Sus activos regulan la producción de fibroblastos, por lo que beneficia la producción de colágeno, mejorando la apariencia de la piel, dejándola en el mundo cosmético como una de las plantas rejuvenecedoras más importantes del mundo, y este punto surgió luego de ver que los elefantes tienen una excelente memoria gracias al alto consumo de esta planta.
La centella asiática cuenta con activos que actualmente son elementales para el mundo cosmético y se usan solo en formulaciones o bien, se etiquetan como extracto de centella asiática; estos son: las saponinas triterpenoides y cuatro compuestos aislados, asiaticósido, ácido asiático, ácido madecásico y madecasósido.
Además, el extracto de centella asiática aplicada dentro de una formulación cosmética ha demostrado reducir la irritación de la piel, especialmente en pieles con tendencia grasa, ya que ayuda a reparar la función de la barrera de la piel, disminuyendo el enrojecimiento y la inflamación.
“El utilizar productos que contengan centella asiática cuando tenemos pieles grasas, no solo reduce la inflamación generada por los brotes; sino también, evita que la piel se deshidrate gracias a que este activo beneficia la reducción de la pérdida de agua transepidérmica, hidratando las zonas secas”, dice Beatriz Magrassi, dermocosmiatra de ASH Natural Concept.
Además de encontrar la centella asiática en cremas y emulsiones, existen productos cuya formulación es muy ligera y de rápida absorción que ayuda a secar los brotes desde la primera noche de aplicación y gracias a su poder antiinflamatorio, cicatrizante y antibacteriano, reduce las cicatrices que deja un mal cuidado.
Ahora que sabes todo sobre la centella asiática, ¿estás listo para añadirlo a tu rutina diaria?