Los estereotipos de ser niña o niño nos hacen excluyentes

El género se construye socialmente y cada sociedad ha formado sus esquemas de feminidad y masculinidad.
El género se construye socialmente y cada sociedad ha formado sus esquemas de feminidad y masculinidad.
La socialización de género es todo aquello que una sociedad transmite y espera que haga, piense, sienta y exprese una mujer y un hombre de manera diferenciada.

Un ejemplo típico de socialización es cuando se le viste al niño de color azul y a la niña de “rosa”, esperando también que se comporten de forma diferente según las ideas que se tengan acerca de cómo deben comportarse cada uno.

Cuanto más inflexible sea esa diferencia, más limitados estarán ambos sexos en sus discapacidades de crecimiento como seres humanos. Los medios a través de los cuales socializan a las niñas y los niños son la familia, escuela, comunidad y los medios de comunicación.

Como se ha dicho, el género se construye socialmente y cada sociedad ha formado sus esquemas de feminidad y masculinidad. Estas etiquetas son muchas veces muy sutiles y, cuando nos percatamos de ello las transmitimos aunque no sea nuestra intención.

En el caso de las niñas, la demanda social hace énfasis en esperar de ellas apoyo y cuidado para con los demás en detrimento de sus propias necesidades o expectativas personales. En el caso de los niños, la demanda social hace énfasis en esperar de ellos el éxito en el ámbito público en detrimento de su desarrollo del ámbito privado.

Algunos estereotipos típicos que han estado asociados con cada género son, para el femenino: ternura, sensibilidad, dependencia, emotividad, temor, debilidad, intuición, solidaridad y otros; mientras que para el masculino son la decisión, severidad, utilitarismo, riesgo, independencia, egoísmo, ambición, racionalidad, etc.

Estas características no deberían ser un problema. Se convierten en una limitante cuando son excluyentes, porque producen personas en desigualdad de oportunidades y desarrollo.

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También se convierten en un problema cuando son totalizantes en nuestra vida y tienden a exagerarse, así abarcan una parte importante de nuestra existencia. Por ejemplo, la emotividad es una característica positiva, pero puede convertirse en una limitante cuando sólo se prioriza ésta. De tal manera que se cierra paso a la racionalidad.

El hecho de que una persona actúe con decisión resulta una característica positiva de autonomía personal, pero puede convertirse en una limitación cuando llega a originar incapacidad para intercambiar puntos de vista.

 

Referencias:

  • Manual para la acción: Prevención de abuso sexual de niñas y niños. Una perspectiva con enfoque de Derechos, patrocinado por Pfizer, México 2007.

 

Imagen cortesía de sbworld7



Escrito por

Redacción, Plenilunia Sociedad Civil Fundada en el año de 2004, Plenilunia es una Sociedad Civil cuyo objetivo es fomentar el bienestar y la salud integral de la mujer.

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