El estrés es una respuesta natural del organismo que nos permite reaccionar ante la tensión, sustos o malas noticias. Sin embargo, el estrés cuando se hace habitual puede ser muy dañino para nuestra salud. El trabajo ocasiona estrés que en exceso puede conllevar al estrés crónico, perjudicando mucho a la persona y su bienestar general, nos explica Nathalie Sessions, Nutrióloga de Bienestar Corporativo del Hospital Houston Methodist.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define al estrés laboral como la reacción que puede tener el individuo ante exigencias y presiones laborales que no se ajustan a sus conocimientos y capacidades y que puedan poner a prueba su capacidad para afrontar la situación.Nathalie, menciona que “durante el estrés normal liberamos hormonas, incluyendo cortisol, cuyos niveles momentáneos en el cerebro nos permiten tener un comportamiento natural ante la tensión, sin embargo, cuando los niveles de cortisol se mantienen elevados y desbalanceados por semanas o más tiempo decimos que el estrés se volvió crónico y puede ser muy perjudicial”.
Dicho desbalance bioquímico y emocional, posiblemente propicie el aumento de la frecuencia cardíaca a lo largo del tiempo, causando así riesgo de enfermedades del corazón, riesgo de adicciones a sustancias, e incluso desórdenes alimenticios: “Cuando estamos estresados de manera crónica, nuestro comportamiento puede inclinarse hacia elecciones no saludables de alimentos, como, por ejemplo: helados, comida rápida en lugar de verduras, fruta, etc”, añade Natalie Sessions.
Existen diversas iniciativas empresariales para incorporar programas de bienestar corporativo en el lugar de trabajo, cuya función general es lograr que una persona pueda manejar el estrés del trabajo cotidiano. La especialista en bienestar del Hospital Houston Methodist nos da las siguientes recomendaciones para evitar el estrés laboral y tener un mejor descanso:
- Ejercicios de respiración profunda. Después de una junta laboral con alta carga de trabajo, o antes de llegar a la oficina es recomendable practicar ejercicios de respiración profunda por 10 minutos. Para ello tomamos aire por la nariz y contando mentalmente y lentamente hasta 5 y luego exhalamos lentamente por la boca contando mentalmente hasta cinco. Este tipo de respiración ayuda a oxigenar y relajar el cerebro.
- Aliméntate sanamente. Cuando estamos estresados pensamos que tenemos hambre, y esa hambre es emocional, no física. Crea un plan de alimentación en la que comas porciones balanceadas y sanos. Las comidas con grandes cantidades de harinas blancas, azúcar o helados, por ejemplo, son alimentos de alta carga calórica, que hacen que el hambre retorne porque se digieren más rápido. Además de un patrón de alimentación lleno de alimentos saludables, recuerda tomar 8 vasos de agua al día, y es que además el organismo puede confundir la sed con el hambre.
- Ten un sueño de calidad. Duerme 7 horas al día como mínimo. Si te cuesta dormir en la noche, evita el uso del celular, tablets, o pantallas de TV 1, o 2 horas antes de dormir. La luz azul que estos dispositivos irradian impide que nuestro cerebro libere correctamente las hormonas que promueven el sueño; mejor lee un libro o una revista (en papel) antes de acostarte.
- Vive el aquí y el ahora, di no al “multitask”. Mantén tu mente enfocada, porque enfocarse en múltiples tareas a la vez no es saludable. Mejor administra bien las horas de tu jornada laboral, para que puedas concentrarte en una sola tarea a la vez, para que así puedas terminarla con tu mejor desempeño y productividad.
- ¡60 beats por minuto!. La música estimula la liberación de endorfina en el cuerpo; esta es la hormona de la felicidad. Esta sustancia también se libera mientras hacemos ejercicio. Intenta tener una rutina física mientras oyes música. La música de velocidad de 60 beats por minuto es recomendable para relajarnos mientras hacemos nuestra rutina preferida de ejercicio.