En días recientes las chinches han acaparado la atención en la Ciudad de México, debido a reportes de su aparición en diversos sitios públicos e instituciones de educación superior.
Sin embargo, no son los únicos lugares donde estos insectos pueden proliferar o causar afectaciones, pues también pueden aparecer en establecimientos del sector de la hospitalidad donde se multiplican en consecuencia de las condiciones favorables para su reproducción.
Ante esta situación, Ecolab, el líder mundial en soluciones y servicios de agua, higiene y prevención de infecciones promueve la prevención de este tipo de plagas y nos comparte algunos aspectos a tomar en cuenta y que la situación no se convierta en un riesgo para la salud.
Prácticamente erradicadas en América del Norte hace unas décadas, las chinches han regresado en los últimos años. Los incidentes de chinches aumentaron en en la década de 2000 y las cifras muestran que los reportes que las involucran continúan en aumento alrededor de 10% anual, de acuerdo con datos de la Asociación Nacional de Manejo de Plagas de Estados Unidos.
Las poblaciones de chinches comenzaron a florecer debido a la falta de conciencia pública, al aumento en viajes (nacionales y extranjeros) y la suspensión de insecticidas tradicionales.
Aunque no se ha demostrado la transmisión de enfermedades, estos pequeños ectoparásitos nocturnos chupadores de sangre pueden ser sumamente molestos y afectar la reputación y confianza del lugar en el que son encontrados.
Los lugares más comunes en los que se pueden encontrar chinches son la base de la cama (72.2%), colchón (13.5%), cabecera (8.6%), alfombras (2.5%), burós (1.6%) e incluso detrás de cuadros o marcos de fotografías (1.6 por ciento).
En la mayoría de los casos, 90% de la actividad de las chinches se localiza cerca de la cama. Esto por su eventual cercanía con su anfitrión, el ser humano, quien servirá como fuente de alimentación. Si se toma en cuenta que una sola chinche puede poner 8 huevecillos al día, la plaga puede crecer exponencialmente en poco tiempo.
Luis Morales, director de Eliminación de Plagas de Ecolab para Latinoamérica Norte, señala que entre las causas más comunes de transmisión de chinches está el transporte.
“En muchas ocasiones, el simple hecho de colocar una maleta en la cama es suficiente. Las chinches se adhieren al equipaje; en la cama y sus alrededores encuentran condiciones perfectas para su supervivencia y reproducción. Una primera recomendación sencilla es evitar colocar las maletas en la cama. Por eso, hay portamaletas, ganchos para ropa, etc. El detalle es que las maletas, bolsas o mochilas sirven de vehículo y ayudan a propiciar el acarreo de insectos o algún otro agente”.
Según datos publicados en 2022 en el Diario de la Academia Nacional de las Ciencias de Estados Unidos, al menos 80% de los hoteles habían sido tratados por incidentes de chinches; sin embargo, estos organismos pueden encontrarse en diversos sitios, no sólo en lugares de alojamiento.
Ejemplos de estos pueden ser hogares, teatros, medios de transporte, entre otros. “Si se confirma la presencia de este tipo de plaga, se deben tomar cartas en el asunto: poner en cuarentena los blancos, es decir, todo lo que sea sábanas, toallas y textiles se tiene que embolsar y lavar por separado con temperatura y con un ciclo de lavado especial, o si la afectación es mayor,
desecharlas”, señaló Luis Morales.
Ecolab recomienda una estrategia de tres pasos para enfrentar la presencia de chinches:
- Inspección. Lo primero es hacer una revisión visual en colchón, base, cabecera, ropa de
cama, burós, alfombras y mascotas. La capacitación para conocer como identificar esta
plaga resulta esencial para el éxito de una estrategia proactiva efectiva. - Tratamiento. Existen soluciones químicas y bioquímicas que son efectivas en el control de
estas plagas. Hay que asesorarse de un experto para determinar cuál es la más adecuada. - Prevención. El uso de elementos como fundas para colchón, así como la implementación de
tratamientos residuales regulares y la limpieza continua puede reducir el riesgo.
Como se puede notar, aunque hay una amplia gama de herramientas y tácticas disponibles para ayudar a combatir las chinches, no existe una solución única. La mejor práctica comprobada y respaldada por la ciencia es utilizar el enfoque triple: las herramientas de inspección adecuadas para detectar los problemas; la combinación adecuada de herramientas de tratamiento para abordar rápida y eficazmente cualquier problema que surja; y herramientas de prevención efectivas por adelantado para mitigar el riesgo siempre que sea posible.