noviembre 19, 2024

Depresión, crisis de salud mental que deja la pandemia

Joven en depresión
Gabriela Xochiteotzin Peña
Gabriela Xochiteotzin Peña

La depresión no se cura saliendo a pasear o diciendo repetidamente a la persona que la padece que le “eche ganas”. De hecho, es el trastorno del estado de ánimo más discapacitante capaz de truncar el desarrollo integral de una persona, sus planes, proyectos y la vida misma.

Joven en depresión
Como resultado de la contingencia por COVID-19, nos enfrentaremos a una de las mayores crisis de salud mental.

Personas que la han “sufrido” refieren que es como si de pronto perdieras el interés por lo que antes disfrutabas, como si te sintieras en cámara lenta, e incluso, ni siquiera poder levantarte de la cama.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es el trastorno del estado de ánimo más frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa, falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración.

La persona se siente culpable por no poder realizar “su vida normal”, se aísla de su entorno, incluso de su familia al no sentirse comprendida. Más del 70 % de personas en el mundo que viven con algún tipo de enfermedad mental sufren discriminación.

De no ser tratada, puede hacerse crónica o recurrente y dificultar el desempeño en el trabajo o la escuela y la capacidad para afrontar la vida cotidiana.

Depresión es un problema serio de salud pública

Para el Dr. Luis Daniel Alviso de la Serna, especialista en neuropsiquiatría, la depresión es un problema de salud muy serio ya que en su forma más grave puede llevar al suicidio y lo alarmante, dice, es que en el mundo se suicidan cerca de 800 mil personas cada año.”

El Dr. de la Serna precisó que en México la depresión también es un problema importante de salud pública que afecta a 15 de cada 100 habitantes, y reconoció que que la cifra podría ser mayor porque algunas personas jamás han sido diagnosticadas y viven hasta 15 años sin saber que tienen esta afección.

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El Dr. Luis Daniel Alviso, quien participó en el seminario “Salud mental, un desafío en tiempos de Covid-19”, organizado por el laboratorio farmacéutico de origen danés Lundbeck, alertó que este trastorno puede llegar a hacerse crónico y dificultar sensiblemente el desempeño en el trabajo o la escuela y la capacidad para afrontar la vida diaria. Cuando tiene carácter moderado o grave, el paciente necesitará medicamentos y psicoterapia profesional, aclaró el experto.

Covid-19 y depresión

El especialista advirtió que como resultado de la contingencia sanitaria derivada de la pandemia por COVID-19, nos enfrentaremos a una de las mayores crisis de salud mental de las que se tenga conocimiento en la historia.

Factores como el confinamiento, la falta de convivencia personal con familiares y amigos, miedo e incertidumbre, así como la pérdida de seres queridos, el empleo y la propia salud, han llevado a numerosas familias a la catástrofe financiera y emocional.”

Depresión al alza

Refirió que en diversos países se ha documentado un aumento de la depresión, la angustia y el consumo de alcohol entre la población.

En México, de acuerdo con la Encuesta de Seguimiento de los Efectos del COVID-19 en el Bienestar de los Hogares Mexicanos (ENCOVID-19), el 27.3% de las personas mayores de 18 años han presentado síntomas depresivos y 32.4% síntomas severos de ansiedad.

Dicha encuesta reveló, además, que entre las mujeres, los niveles de ansiedad durante el confinamiento han sido mayores a los de los hombres pues 37.3% de ellas se han sentido ansiosas en comparación con 27% de los hombres.

Necesidad de atención a la salud mental

Es por ello que ante la crisis sanitaria y económica, la necesidad de atención a la salud mental se ha incrementado notablemente, por lo que será importante asegurar que haya una inversión adecuada en la prevención y atención a las afecciones mentales en los servicios de salud, por los servicios de apoyo brindados por la sociedad civil y las iniciativas de prevención durante la pandemia y en la fase de recuperación, dijo.

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Sin embargo, esto es se convierte en un reto si tomamos en cuenta que existe una brecha considerable entre las necesidades de atención de los trastornos mentales y los recursos disponibles.

Datos de la OMS revelan que en países desarrollados, que cuentan con sistemas de atención bien establecidos, entre el 44% y el 70% de las personas con trastornos mentales no reciben tratamiento. En los países en desarrollo estas cifran son aún mucho más sorprendentes y llegan casi al 90 por ciento.

Es necesario un aumento en la inversión en salud mental. En muchos países, no hay, o hay muy poco apoyo disponible para las personas con trastornos de salud mental. En promedio, sólo el 3% de los presupuestos de salud de los países se invierte en salud mental, fluctuando de menos del 1% en los países de bajos ingresos al 5% en los países de altos ingresos.

Esquizofrenia y la pandemia por COVID-19

En su oportunidad, el Dr. Ricardo Saracco Álvarez, médico psiquiatra y subdirector de Investigaciones Clínicas en el Instituto Nacional de Psiquiatría “Dr. Ramón de la Fuente Muñiz” (INPRFM), se refirió a otro trastorno mental que afecta a más de 21 millones de personas en todo el mundo: la esquizofrenia.

Y es que los pacientes con enfermedad mental grave como la esquizofrenia están entre las poblaciones más vulnerables afectadas por la pandemia, señaló el especialista.

Explicó que esta condición psiquiátrica, que afecta a 1 millón de personas en México, puede empeorar debido a la infección por el virus SARS- COV- 2 , causante del COVID-19.

Uno de los riesgos más relevantes es la afección conocida como coagulopatía, por lo que los pacientes son más propensos a la trombosis venosa profunda y al embolismo pulmonar, y además, detalló, se ha reportado una mayor mortalidad secundaria a falla orgánica múltiple.

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Informó, además, que ante situaciones de desastres, como la crisis sanitaria por COVID-19, los efectos psicológicos en pacientes con esquizofrenia potencian síntomas de estrés, confusión e ira.

Cómo disminuir el impacto de COVID-19 en la enfermedad mental

Por ello destacó que ante la emergencia por COVID-19 los pacientes con trastornos mentales deben seguir las mismas recomendaciones que la población en general como la aplicación de vacunas correspondientes y mantener un monitoreo remoto de pacientes, sobre todo, de los que se encuentren en condición de inestabilidad o recaída.

El Dr. Ricardo Saracco Álvarez recordó la importancia de reforzar las estrategias psicoeducativas a pacientes y familiares de tal manera que se facilite la identificación temprana de datos de alarma.

Algo muy importante, puntualizó es fomentar una adecuada adherencia al tratamiento farmacológico, así como facilitar el acceso a la medicación (otorgar recetas suficientes, informar sobre el estatus de desabasto de medicación y plantear estrategias para manejo de desabasto).

Imagen cortesía de AndrewLozovyi
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